El 1ro. de diciembre de 2014, con la presencia de un número significativo de babalawos cubanos y de otros países y los miembros del Consejo Cubano de Sacerdotes Mayores de Ifá, se realizaron las ceremonias correspondientes a la preapertura de la Letra del Año 2015 en la Sede de la Asociación. Se cumplimentó con las veinticinco posiciones fundamentales. En todos los casos la respuesta de las deidades fueron muy satisfactorias.
El día 30 de diciembre de 2014 se hicieron los sacrificios correspondientes a las deidades.
Realizado sus ceremoniales en la Asociación Cultural Yoruba de Cuba, es significativo que en ambas letras están presentes los elementos siguientes:
- Gobierna este año 2015 Obatalá. Significa la paz y es el dueño de todas las cabezas. Señala organización y respeto.
- Ambas letras vinieron por Iré, bien de salud y prosperidad.
- Aunque en una acompaña Ochún y en la otra Yemayá, ambas son madres de las aguas. Ochún es el río, es la fertilidad, y Yemayá es la madre universal.
Acercamiento a la versión sobre la Letra del Año
La Letra del Año comenzó a emitirse en Cuba a finales del siglo XIX, sin poder precisar la fecha exacta.
Por datos y documentos se revela que babalawos procedentes de las diferentes ramas religiosas existentes en el país comenzaron a reunirse para efectuar con todo rigor las ceremonias establecidas, que concluían el 1ro. de enero con la apertura de la Letra del Año.
A través del Oráculo de Ifá se daban a conocer las orientaciones y recomendaciones que debían cumplirse durante ese año, con el fin de evitar o vencer los obstáculos y las dificultades.
Gran importancia en la práctica del culto a Ifá se le da al africano Remigio Herrera, Obara Meyi, conocido como Adeshina. Cuentan muchos viejos conocedores y amantes de la tradición que desde finales del siglo XIX y principios del XX los preparativos para la celebración de la Letra del Año los dirigió él. Vivió en Matanzas, y al mudarse para La Habana, específicamente al pueblo marino de Regla —llamado Oke Odo—, sacó el Cabildo dedicado a Yemayá, dirigido por su hija Josefa Herrera, conocida por Pepa, devota de Yemayá, equiparada con la Virgen de Regla y patrona del pueblo. El Cabildo se celebraba el día 9 de septiembre. El día 8 —luego de salvadas las iniciales contradicciones con la jerarquía eclesiástica, que se oponía a que la imagen de la Virgen de Regla durmiera en la iglesia— la banda de música acompañaba a la procesión hasta la iglesia, y en la mañana del 9, con los tambores batá sacaban a la virgen de la iglesia y la llevaban al emboque del puerto de Regla. Allí se le daba coco y luego recorrían las calles del poblado, visitando cada casa de santeros donde daban coco en la puerta y continuaban serpeando las calles, para terminar en el cementerio de Regla, donde todos se limpiaban con gajos de paraíso.
Con el tiempo Susana Cantero, hija de Yemayá, sacó su propio Cabildo y ambos se repartieron el recorrido para llegar a todas las casas de santos. Recorrían una parte de Regla uno, y Pepa la otra. El 9 de septiembre de 1961 fue la última salida del Cabildo. Pero el ritual vive en la memoria histórica de nuestro pueblo santoral y de seguro algún día volverán a celebrarse los festejos populares con la salida del Cabildo.
En el año 1902, por problemas de salud de Adeshina, Tata Gaitán asume la responsabilidad de la Letra del Año, apoyado por un grupo de babalawos.
Con el tiempo, Miguel Febles Odíká reinició la ceremonia de la Letra del Año, realizándose la misma en varias casas de la ciudad, hasta la actualidad, en que ha aumentado tanto la cantidad de babalawos interesados en participar, que se realizan las ceremonias en una casa conocida con el nombre de «La Casona de 10 de Octubre», donde se mantiene la tradición de que el más chiquito de los iniciados presentes es quien saca la Letra.
La profecía se realiza cada 1ro. de enero y es seguida en varios países donde se practica la santería, entre ellos Estados Unidos, Italia, Venezuela, Puerto Rico, México, Panamá, España y Brasil.
Este año 2015 salió la letra Oturasá. Acompañado por Obeate, gobiernan Obatalá y Yemayá.