El Símbolo
(Primera parte)
Cuando Max Borges Jr. asume el reto de construir el primer "gran cabaret" de Cuba su primer pensamiento fue complementarlo con una imagen que se universalizara y que estuviera acorde con la línea estilística y majestuosidad de lo que serían los Arcos de Cristal. Después, de revisar cuidadosamente los proyectos y ser aprobados por Martín Fox, dueño del cabaret, surge la interrogante que todos se hacían, ¿cómo sería?
Quizás influido por el extraordinario éxito de la revista "Congo Pantera" donde evolucionaban maravillosas bailarinas en punta le surgió la inspiración; o tal vez la influencia del filme "Las zapatillas rojas" que en esos días constituía un éxito de taquilla cinematográfico, lo decidió por esta figura. Lo cierto es que cuando presentó la idea, resultó una extraordinaria sorpresa porque muchos pensaban que un cabaret no tenía relación de ningún tipo con el ballet. Pero Max Borges no pensaba así porque él para su proyecto quería lo más estilizado; y seleccionó a la escultora Rita Longa, que ya era famosa por sus obras futuristas diseminadas por la ciudad, para su ejecución.
La sorpresa de Rita fue mayúscula porque no atinaba a pensar como modelar una figura de ballet para simbolizar un Cabaret; pero Max la convenció exponiéndole las ideas que tenía sobre el proyecto del cabaret. Martín fue más difícil, pero lo aprobó por la confianza que había depositado en su arquitecto.
No se sabe a ciencia cierta quien sirvió de modelo o si fue fruto de la imaginación de esta excepcional artista, pero al situar la hermosa y estilizada figura dentro de su estanque de agua iluminado a la entrada, a fines del año 1949 convenció a todos por su delicada belleza al tiempo que causaba la admiración de los visitantes.
Muy pronto la "ballerina" se convirtió en el símbolo de Tropicana convirtiéndose en el centro de su propaganda, y al inaugurarse el salón "Arcos de Cristal" le fue destinado un lugar a la entrada e izquierda, al pie del añejo mamoncillo, dando la impresión de que le daba la bienvenida a los asistentes al cabaret.
Su imagen comenzó a aparecer en toda la propaganda, revolvedores, lamparitas de las mesas, llaveros, servilletas, vajilla, vasos, etc. y hasta los juegos de azar le dieron la bienvenida en las fichas de juego del casino, aparatos y mesas de juego y su réplica en metal dorado adornaba el eje central de las ruletas.
La reproducción en pequeño formato de esta maravillosa obra artística comenzó a otorgarse desde 1994 a las figuras del mundo artístico, intelectual y cultural vinculadas a la historia del cabaret entre las que se cuenta a Rita Longa que, además, recibió la distinción de Dr. Honoris Causa en Arte de la Universidad de la Habana por su fecunda creación artística. Y la "ballerina" continúa dándole la bienvenida a los asistentes que se llevan un inolvidable recuerdo de su visita al "Cabaret más lindo del mundo".
(Tomado del libro inédito "Tropicana: Tras los Arcos de Cristal")