De la rudeza a la belleza, un paso breve

                                             todo es según el color / del cristal con que se mira

En la hosquedad aparente de una herramienta destinada a la fuerza del trabajo, se esconde una delicada manera de ver el mundo. Que todo no sea blanco y negro nos da la certeza de que un objeto adquiere distintos significados y el reto está en cambiarlos de lugar para que tomen otro color. Las etiquetas nos imponen terribles modos de vida y al antojo de un comerciante creemos que todo tiene un único fin.

En el oficio del artista Denys San Jorge (Bauta, 1984) pudiera verse una original forma de combate contra lo inamovible; una cachetada a la ordinaria y mitológica pujanza varonil, una loa a la belleza desde lo aparentemente grotesco; de lo antiestético renace el color.

Es posible que el autor prefiera probarse en el acero, donde, dicen, se funde la bravura. Pero sólo de manos artísticas salen obras como estas, aplaudidas por todos.

Con sus manos Denys San Jorge redime al hierro, lo descoloca, lo libera de sus encerrados aposentos…Reconstruir con arandelas, tuercas y llaves el glorioso nombre de Cuba o la imagen de nuestra Patrona guarda miles de significados.

Mientras esperamos por otras singulares piezas, sabemos ya que no existen barreras para hacer de un viejo almacén una céntrica galería…En el arte todo se funde y como en la ciencia, hay que tomar riesgos.