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La vida puesta en reversa por Los Carpinteros
12May

La vida puesta en reversa por Los Carpinteros

 

Por Xenia Reloba y Héctor Bosch

 

Tenemos casi la certeza de que en la vida no hay nada reversible. Nunca volveremos a vivir lo vivido. Nadie se baña dos veces en la misma agua del río.

 

Eso parece señalar la Conga irreversible de Los Carpinteros. Arrollando al revés, es decir, de espaldas, al son de una música también montada en sentido contrario al usual, e incluso vestidos todos de negro, sin oropel colorido, la conga sigue siendo conga.

 

Una posible lectura es que lo establecido y sedimentado en la cultura popular no tiene reverso, buscar revertirlo sería negar su existencia. Es, por otra parte, una metáfora de la vida. La vida es… o no es.

 

La anti-conga de Los Carpinteros avala la conga por la metodología de la negación, por el método del error científico. La música y el baile anclados en nuestra idiosincrasia sobreviven en cualquier circunstancia. Como los cubanos.

 

El Paseo del Prado subvertido en el andar de la gente a paso de conga, en el tráfico interrumpido, mientras el tiempo no se detiene. La imposibilidad de negar la historia y las raíces.

 

Todo el mundo, por contagio, sale a arrollar en reversa. En una zona de la ciudad de La Habana proclive a la postal turística, la Conga irreversible se integra desde la contradicción. Atracción de los opuestos. Algo más adelante, se multiplica el entusiasmo conguero de manera espontánea.

 

Los transeúntes curiosos se acercan, se suben a los bancos y los techos de los autos. Mueven sus cuerpos al compás disparatado, pero seductor. Se preguntan qué es lo que pasa.

 

-¿Y esta conga cuál es?

-No sé. Es una locura de la Bienal.

 

NOTA: La Conga irreversible se «repetirá» los sábados 19 y 26 de mayo, en el mismo lugar y a la misma hora: Prado y Neptuno, cinco y treinta de la tarde, según anuncia el programa de la Oncena Bienal de La Habana.