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MIRADA A AMELIA, en Bellas Artes
04February
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MIRADA A AMELIA, en Bellas Artes

La Habana: El 115 aniversario del nacimiento de Amelia Peláez se recordará en el Museo Nacional de Bellas Artes, con la inauguración –hoy 4 pm– de una retrospectiva de su obra.

 

Amelia Peláez, una mirada retrospectiva (1926-1967), curada por Roberto Cobas, está integrada por un conjunto de cuarenta de sus pinturas y dibujos –algunas incluso piezas poco conocidas, atesoradas en los almacenes del Museo Nacional de Bellas Artes.

 

El público podrá hallar en la muestra sus naturalezas muertas en interiores coloniales –tema que la identifica popularmente–, obras posteriores a su estancia en París en los años 20, y piezas maestras de los años 40, 50 y 60.

 

Esta mirada retrospectiva permanecerá abierta hasta el 17 de abril en las salas transitorias (segundo y tercer niveles), del Edificio de Arte Cubano, y constituye un acontecimiento en el panorama actual de la plástica cubana, pues desde el centenario de su natalicio no se organizaba muestra de sus obras.

 

Amelia Peláez (Yaguajay, Sancti Spíritus, 1896-1968), ocupó un lugar privilegiado en las filas de la primera vanguardia del arte cubano del siglo xx y llegó a convertirse en uno de los componentes esenciales de la historia del arte cubano.

 

En 1916 comienza a estudiar pintura en la Academia San Alejandro. Realiza su primera exposición en La Habana, en 1924. En ese mismo año ingresa en The Art Students’ League de Nueva York. En 1927 viaja a Europa; y recorre varios países y se establece en París. Asiste a los cursos libres de la Grande Chaumiere, a la Escuela Nacional Superior de Bellas Artes y la Escuela del Louvre. Toma cursos con la pintora rusa Alexandra Exter y regresa a Cuba en 1934.

 

En 1937 es profesora del Ensayo Experimental del Estudio Libre para Pintores y Escultores; en 1945 enseña dibujo en una escuela pública del barrio del Cerro. Obtiene premios en salones nacionales. Ilustra numerosos libros. En 1950 comienza a practicar la cerámica en el taller de Santiago de las Vegas, La Habana. Realiza murales en edificios públicos; entre ellos los de cerámica en el actual Ministerio del Interior, Plaza de la Revolución, y en el Hotel Habana Libre, los de la Escuela “José Miguel Gómez” de La Habana y la Escuela Normal de Santa Clara y el mural transportable para El Caney, Oriente. En 1968 recibe la Orden Nacional “30 años dedicados al Arte”.