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Anamaría McCarthy: “Horizontes compartidos” es también compartir tu cultura
27November
Bienal de La Habana

Anamaría McCarthy: “Horizontes compartidos” es también compartir tu cultura

Anamaría McCarthy es una creadora multidisciplinaria que ama a La Habana como si fuera su segundo hogar. Exhibe una carrera muy rica en el mundo del arte y ha sido premiada por instituciones y por el cariño de sus amigos. 

Conversar con esta mujer peruano- norteamericana es un privilegio que nos concede su amabilidad y la XV Bienal de La Habana en la que expone una vez más su obra.  

Vea además: El arte borra las fronteras humanas, desde Casa de África

Anamaría, ¿se identifica como una artista plástica? 

Realmente he pasado por muchos medios:  fui ceramista 20 años, luego pasé a la fotografía, trabajo en video y ahora estoy pintando. Así que en realidad…artista plástica. 

¿Cómo llega a esta nueva edición de la Bienal de La Habana? 

Esta es mi tercera Bienal de La Habana. Participé en el año 97, luego en el 2000 y ahora; pero en el interín, en el año 99, expuse en el Centro Wifredo Lam y luego en el 2010 expuse en la Casa de las Américas. Entonces siento que La Habana es mi segundo hogar, es un lugar al que le tengo mucho cariño. 

Ahora en esta Bienal específicamente me habían escogido “Nostalgia”, un trabajo que estaba presentando en Lima que emplea técnica mixta y tiene una base de fotografía. 

Como yo nací y crecí en Nueva York y luego pasé a Lima donde sigo viviendo hace 40 años, siempre he tenido en mi cabeza lo que es ser bicultural, tener mi lado americano y mi lado peruano y por muchos años sentía que eso no era importante y sí lo es. Entonces empecé a trabajar hace años con el archivo fotográfico de mi padre que era un fotógrafo amateur. Tenía sus negativos, que encuentro cuando él fallece, y es como que me dejó esa memoria en imágenes de quién fue él mucho antes de que yo lo conociera. Son imágenes de Nueva York de los años 30, 40 y 50 y en la pandemia empecé a utilizar sus negativos, hacer la fotografía y trabajar a través de la fotografía una pintura, creando una suerte de entorno alternativo a la imagen, muchas veces cambiando el fondo o pintando encima de personajes o lugares o cosas que no eran necesarios para la pintura y enfocándome en los personajes centrales, o sea, mi padre, mi madre o nosotros de pequeños, siempre en distintas situaciones. 

Hacía revivir la nostalgia y de alguna manera visitar un pasado que ya no había forma de recordarlo sin esas imágenes y me inspiró tanto que empecé a pintar en ese periodo en el que no quería estar metida en la computadora. Decidí volver al trabajo plástico y trabajar y manipular y tener mucho más control sobre la creatividad y la creación de la obra. 

Luego hice como 50 pinturas que expuse en el Centro Cultural Inca Garcilaso en Lima y ahí es donde ven mi muestra y me proponen hacer un proyecto para la Bienal. De estas pinturas y muebles que pinté como un hogar tomo lo que se ajusta a la Bienal, que es una intervención del arte en los espacios públicos, ese fue el propósito y era el proyecto que tenía. 

Son 12 imágenes de un formato bastante grande y sentía que las iban a poner en distintos lugares en los que después fotografiarlos, en otro entorno, pero no sucedió así porque me imagino que la logística de pegar -eran como foto-murales-, en exteriores se complicó. Entonces me brindaron este lugar –la Asociación Nacional Ornitológica de Cuba- y estoy encantada con el espacio: tiene las jaulas de los pájaros abajo y estoy en una especie de mezzanine donde las 12 imágenes están expuestas. Cada imagen es una reproducción de una pintura con su marco completo, abajo tiene toda la información para que en el momento que se separen las obras quede toda la información de que era de la Bienal, que tenía el auspicia de la Embajada de Perú, en mi QR el nombre mío y el título. 

Entonces siento que ahora al final de la Bienal voy a poder lograr mi propósito: La Universidad de La Habana se lleva una para colocar directamente en una pared interna de la institución, también Casa de las Américas y el Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam. Los que quedan van a ir a la Embajada porque hay una muestra itinerante por distintas ciudades de Cuba y en cada una van a quedar. Entonces a mí me encanta que se pueda difundir de esa manera el trabajo. 

¿Qué dimensiones tienen aproximadamente? 

Son distintos formatos, pero son aproximadamente 1. 20 x 1.10 metros, no son tan grandes, algunos son más rectangulares, otros más cuadrados, pero me gusta la idea de que puedan desarmarse y cada imagen se pueda despedir de la otra y tener otro destino; porque “Horizontes Compartidos” es importante no solamente en la interpretación que se puede dar de la política, del aislamiento de una isla en comparación con otros países, sino también es compartir tu cultura, o sea, yo estoy compartiendo imágenes de tal vez los Estados Unidos de mi niñez, pero vistas por una mujer que ya vive 40 años en el Perú, entonces hay esa mezcla. Después llega acá y personas distintas me han dicho en la inauguración –refiriéndose a una imagen que son dos niñas de espaldas que están mirando a un lado y están en un bosque- “esto me hace acordar cuando yo era niña”. Claro, están de espaldas, no tienen rostro. Tú pones no tu rostro a ese cuerpo, sino pones tu pasado, tu experiencia de ser niña se vuelve compartida y en ese sentido siento que esos horizontes se comparten con el espectador. 

Futuros proyectos que tenga…

Siempre estoy con proyectos. Tengo una exposición grande para Arequipa en el 2026. Yo sigo trabajando y pintando, acabo de hacer otra exposición que se llamaba “Salas vacías”, escribí mis memorias, … Me demoré 16 años en escribir mis memorias, las publiqué en el 2019 y ahora que termino con toda esta acción -tres muestras, una tras otra y grandes-, necesito un espacio para simplemente volver a mi estudio, seguir pintando, trabajando, pensando y retomar la segunda mitad de mis memorias. Las primeras son desde que nací hasta los 50 años y ahora que tengo 69, tengo todos estos otros años y otras experiencias y quiero escribir antes de olvidarme porque no sé qué vendrá en el futuro. 

Hay que vivir el presente porque es muy importante, estar proyectándose hacia el futuro no siempre es bueno. Está bien en cuanto el arte, porque una exposición es dentro de dos años, no puedes decir “mañana voy a poner acá”, sino necesitas realmente controlar tu tiempo, pero eso de muchos proyectos futuros…Prefiero estar viendo qué es lo que me está pasando día a día, mis relaciones con mis colegas, mis amigos, exponer con ellos. 

Esta es una Bienal en la que la presencia peruana es toda femenina, todas somos mujeres artistas que hemos venido hasta acá a representar el Perú y eso me parece también súper importante. Somos un gremio fuerte, talentoso, hay muchas mujeres que están haciendo cosas muy interesantes en el arte, somos elegidos por los curadores cubanos, entonces creo que es una buena noticia que nosotras siete y una curadora podamos representar el Perú y creo que bastante bien. 

 

Anamaría junto a la curadora Issela Ccoyllo y la artista peruana Mila Huby
Anamaría junto a la curadora Issela Ccoyllo y a la artista peruana Mila Huby  

 

Sobre Anamaría McCarthy 

Nace en Glen Cove, Nueva York (1955) de madre peruana y padre norteamericano, reside en Lima desde 1973. Es una artista multidisciplinaria y centra su trabajo en el desnudo, el autorretrato y en el rescate de la memoria. En 1990 es premiada con la medalla del 50° Salón Internacional de Fotografía del Japón, en Tokio, y es reconocida en la I Bienal de Fotografía de San Juan, Puerto Rico en 1998. Ha publicado siete libros de fotografía incluyendo sus memorias: Reflejo de un momento, 2019. En 2021, recibe el premio: Reconocimiento a la trayectoria profesional “Comunicación y Fotografía” por la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC). En 2024 recibe el Premio Luces 2023, por la mejor exposición individual de Artes Visuales del año.  Trabaja y vive en Lima.

Su obra ha representado al Perú en importantes bienales y exposiciones nacionales e internacionales. Una selección: Fundación Kingman, Quito, Ecuador (1993) I y II Bienal de Fotografía de Sao Paulo, Brasil (1993 y 1995); Fotofest 1996 en Houston, Texas, EEUU;  Fotoseptiembre, México DF (1996);  Tokio, Japón (1996);  Museo de las Artes, Guadalajara, México (1997);  VI y VII Bienal de La Habana, Cuba (1997 y 2000);  A gift for India, Nueva Delhi, India (1997);  Camerawork, San Francisco, California, EEUU (1997); Museo de Arte Moderno de Mérida, Venezuela (1998);  FotoEspaña en la Casa de América, Madrid, España (1999); La Galería de Arte de la Embajada de Perú, Washington D.C. (1999) El Centro Wifredo Lam, La Habana, Cuba (1999); en el Museo del Barrio en Nueva York (2000); Exposición antológica El espejo infiel, ICPNA, Lima, Perú (2002); Museo de Arte Contemporáneo (MAC) Santiago de Chile (2007); Centro Cultural La Recoleta, Buenos Aires (2008); Vidas ocultas con Vivan Sundaram, ICPNA, Lima, Perú (2011); Casa de las Américas de La Habana, Cuba (2010);  la 1ª Bienal de Fotografía de Lima (2011) y en la Colección Privada de Fotografía de Casa de las Américas, La Habana, Cuba (2013) y Pasajera en tránsito, Corriente Alterna, Lima, Perú (2015), Anatomía Interior: Introspección 1992-2017, Galería John Harriman, Centro Cultural Británico, Lima, Perú (2017); Galería de arte, Británico de San Juan de Miraflores, Perú (2018); Premio ICPNA 2020, Galería ICPNA, Lima Perú;  Panoramic Festival, Barcelona, España (2020); Festival de la Imagen de Manizales, Colombia (2021); Nostalgia, Centro Cultural Inca Garcilaso, (2023) Empty Rooms /Salas vacías, Centro Ccori Wasi, Galería de Artes Visuales (2024).

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