Palabras a propósito de la exposición “Muda desesperación”, del artista visual Aníbal de la Torre. Sala Electa Arenal, Centro Provincial de las Artes Plásticas, Holguín, Cuba, Septiembre 2023.
Desde su interpretación de las formas y consciente del lenguaje de las imágenes, Aníbal nos propone como pretexto, en su discurso al caracol Cauri, instrumento de comunicación entre lo terrenal y lo espiritual.
Tal como profetiza la religión yoruba, es la “Boca” de los Orishas para enseñarnos la humildad, la caridad, el amor hacia el prójimo y ayudar a vencer obstáculos en la vida. A través de ella habla, expresa, denota o describe un estado del desarrollo de cualquier proceso, fenómeno o circunstancia de vida, para orientar al individuo en la toma de decisiones.
Como ahora, que se organizan en momentos de angustia e inestabilidad para poner a prueba el margen vital del artista, reelaborando, en consecuencia, el análisis y reinterpretación de su contexto. Por ese rumbo van sus Odu, procurando abrir los caminos al triunfo, senderos a la prosperidad como aspiración en esta muestra cargada de sombras, pero también de esperanzas.
En su exposición anterior, “Diálogos”, Aníbal dejaba bien delimitado el espacio para las zonas con manchas incipientes, que ahora abarcan todo el formato con el sentido de enmascarar sucesos y disfrutar el proceso creativo con la reiteración de un molusco.
Su imagen, esta vez, minimizada a un trazo, a unas manchas de tonos blancos, negros, grises, ocres, sienas y pequeños matices rosa, igualando solicitudes de esperanza que se superponen ante afanes frustrados, voces en el aire, chispa que deviene en llama malograda, todo resumido en colores, pero al igual que su fe, siempre encuentran la luz al final del túnel.
En ese punto donde se desarrolla el pensamiento, hace que el artista asuma la abstracción desde sus experiencias y presupuestos de una manera más fresca y renovada. Así ha llegado De la Torre a la abstracción como ejercicio paulatino. Sin proponérselo, ha transitado por la representación de las figuras en apego a la realidad morfológica, luego transformada a su antojo, hasta llegar a descomponerla, minimizarla y camuflajearla.
Como se afirma en estudios de la historia del arte y dicen que la abstracción llega en momentos de crisis, aquí como fenómeno aislado viene a ratificar un estilo, dejando a la luz el talento, ese que te desvela y seduce, preocupa y abduce a un estado donde habita esa muda desesperación.