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Luna Bengoechea: “Proyecto Salinas es uno de mis trabajos más especiales”
23September

Luna Bengoechea: “Proyecto Salinas es uno de mis trabajos más especiales”

Comprometida con los movimientos que reivindican un cambio en la industria alimentaria y un mayor respeto por el ecosistema, la artista canaria Luna Bengoechea expresa a través de su arte todo aquello en lo que cree. En su última intervención, ‘Proyecto Salinas’, el foco está en la progresiva pérdida de los trabajos artesanales de producción de sal en el archipiélago canario, con lo que ello supone para la biodiversidad de la zona. Charlamos con ella para conocer más en profundidad estas particulares intervenciones al aire libre.

Vea además: Proyecto salinas: la reivindicación de la artista Luna Bengoechea en pro de la producción artesanal en las Islas Canarias

¿En qué momento reparas en que quieres orientar tu nuevo proyecto a reivindicar la necesidad de proteger el patrimonio natural de las Islas Canarias?

Todo es una consecuencia de haber trabajado durante varios años en torno a estas cuestiones. Desde 2011, mi trabajo gira en torno a las problemáticas de la industria alimentaria, y ya había realizado anteriormente algunas intervenciones en el paisaje en otros países, gracias a distintas residencias artísticas. Por ejemplo, realicé una intervención con semillas en Bolivia y otra similar en Ecuador. Desde hace un tiempo venía cuestionándome por qué no hacer algo en mi tierra, en las Islas Canarias. Existía un proyecto más o menos pensado, y cuando salió la convocatoria del Gobierno de las Islas Canarias por el centenario del nacimiento de César Manrique, que vincula proyectos a la obra y labor que hacía César en las Islas con respecto a la defensa del patrimonio natural canario, mi proyecto encajaba muy bien, y gracias a esa beca pude llevarlo a cabo.

¿Cómo escogiste las salinas de las Islas en las que querías intervenir y desarrollar tus obras?

Para empezar, hice un listado de todas las salinas que existen en las Islas Canarias, guiándome por el libro El jardín de la sal, en el que se recogen todas las salinas que han existido y que existen a día de hoy en las Islas. En esta lista marqué mis prioridades, y así pude escoger aquellas que más me interesaban. Escogí las que están especialmente infrautilizadas, es decir, que están funcionando a un rendimiento por debajo de lo que podrían. Pensé que estos espacios casi abandonados podían ser interesantes para visibilizar la cuestión.  

“En las Islas Canarias han llegado a estar en funcionamiento 60 salinas, de las cuales quedan tan solo 9, y muchas de estas se encuentran a un rendimiento inferior a su capacidad.”

¿En qué medida se está perdiendo la producción artesanal de sal en las Islas Canarias?

En las Islas Canarias han llegado a estar en funcionamiento 60 salinas, de las cuales quedan tan solo 9, y muchas de estas se encuentran a un rendimiento inferior a su capacidad. Todavía sigue existiendo producción de sal y, de hecho, existen algunos proyectos que están volviendo a incorporarse en el mercado, como las Salinas Bocacangrejo, pero también es cierto que el sector sigue necesitando un impulso.

 

06. Luna Bengoechea. Proyecto Salinas, 2021. Salinas de Las Puntas, El Hierro. Impresión Fine Art sobre papel Hahnemühle. 81 x 145 cm. Ed. de 25.jpg
Luna Bengoechea. Proyecto Salinas, 2021. Salinas de Las Puntas, El Hierro. Impresión Fine Art sobre papel Hahnemühle. 81 x 145 cm. Ed. de 25

 

¿Cómo de importante son estas salinas para la biodiversidad de la región?

Estas salinas, además de ser el lugar en el que podemos cosechar la sal de manera artesanal, también conforman un ecosistema muy particular, y quería hacer hincapié en ello. Hay muchas especies de animales que dependen de estos espacios para sobrevivir. Es el caso de las aves limícolas, que en su período migratorio pasan por las Islas Canarias para anidar y alimentarse. Estas aves se han visto muy afectadas por el descenso de salinas en las que pueden recalar durante esos períodos migratorios. Es por ello que, en mi trabajo, represento estas aves limícolas, como el chorlitejo patinegro o el vuelvepiedras común, con dibujos realizados a gran escala dentro de las propias salinas.

Evidentemente hay que preguntar por la sal, que es el elemento que utilizas para crear tu obra, ¿cómo de difícil es trabajar con este alimento, sobre todo teniendo en cuenta que eran dibujos en espacios al aire libre?

La sal marina posee una propiedad característica, que es la capacidad de absorber la humedad del entorno en el que está. Esto lo que hace es facilitar el trabajo, ya que esa humedad hace que se aglutine a medida que la vas colocando en el terreno. Al poco tiempo de haber realizado estos dibujos, esas líneas de sal ya estaban cristalizadas, y eso permitía que el viento no se las pudiera llevar.

El sábado pasado se presentó el libro del proyecto, ¿qué podemos encontrar en él?

Se trata de un fotolibro que recoge todo el proceso de creación del proyecto. Estas intervenciones, realizadas en tres salinas diferentes de las Islas Canarias, representan un proceso efímero del que no va a haber ningún registro más allá de las fotografías y los vídeos que se tomaron durante los trabajos en las salinas. Nos parecía interesante recoger una serie de información dentro de este fotolibro, el cual nos permite conocer los entresijos detrás de todo el proyecto.

¿Qué destacarías de tu estilo artístico?

Lo que más define mi trabajo es el foco tan definido que muestro desde hace 11 años en relación a todo lo que tiene que ver con la industria alimentaria, la sostenibilidad y una visión crítica de nuestra manera de relacionarnos con el entorno natural.

Recientemente charlaba con un chef, Javier Medvedovsky, quien se pasó al ‘crudiveganismo’ tras enfermar y darse cuenta de los efectos que tenían ciertos alimentos en su cuerpo. En tu caso, un problema de salud también te hizo reparar en la importancia de la alimentación y los problemas que puede generar en el cuerpo, ¿cómo fue para ti ese proceso?

Efectivamente, yo también pasé por una experiencia personal similar, y pude comprobar cómo el hecho de introducir en nuestro organismo toxinas u otros elementos que sean perjudiciales lo notamos a la larga. En mi caso, me diagnosticaron artritis reumatoide, y no fue hasta después de un par de años, tratando de encontrar algún método que me ayudase a encontrar los dolores, lo cual no lo conseguí a través de la medicina convencional, cuando empecé a ver a un nutricionista. A partir de ahí comencé a realizar un cambio en mi dieta, y esto fue una terapia de choque bastante restrictiva en cuanto a la alimentación que seguía durante 6 meses. Tras ese período conseguí limpiar mi organismo y hacer desaparecer los dolores, y eso cambió mi manera de pensar y de percibir la alimentación.  

¿Es en el momento en que te diagnostican la artritis reumatoide cuando comienzas a reparar en los problemas de la industria alimentaria o ya habías reflexionado sobre esto antes?

Lo cierto es que ya tenía una cierta inclinación a pensar en estas cuestiones, ya que en mi entorno familiar hay mucha conciencia en torno a la alimentación ecológica y ya hace tiempo que nos cuestionamos esta problemática. Pero, desde luego, este proceso de enfermedad terminó por ser algo muy potente en mi vida, y cambió mi mentalidad en gran medida.

“Siempre suele haber alguien que conecta con la idea o que ha tenido una experiencia similar y que se cuestiona esta serie de problemáticas (alimentarias).”

¿Qué problemas hay hoy en día en nuestro estilo de alimentación?

Observo un consumo excesivo de productos procesados, es decir, aquellos que están excesivamente manipulados y que incluyen cantidades innecesarias de azúcar o aditivos. Se introducen muchos elementos de los que no dispone el alimento en su estado original, y muchos de ellos son perjudiciales.

Has presentado obras y proyectos por todo el mundo, ¿cómo percibes la preocupación por este tema en el mundo del arte?

Siempre suele haber alguien que conecta con la idea o que ha tenido una experiencia similar y que se cuestiona esta serie de problemáticas. Suele existir una importante aceptación con respecto a mi trabajo.

Ya has trabajado en varias ocasiones con la Galería Lucía Mendoza, ¿qué supone para ti trabajar de la mano de esta galería?

Proyecto Salinas es la segunda exposición individual que hago con la galería, y para mí es muy especial trabajar con ellos. Agradezco mucho que hayan querido contar conmigo para participar en ‘APERTURA Madrid Gallery Weekend’, que es un evento muy significativo en el que tenemos más visibilidad que en otras temporadas del año. Además, este proyecto realizado en el archipiélago canario es muy especial para mí, y es la primera vez que lo expongo, por lo que significa mucho que sea con la Galería Lucía Mendoza.

¿Es el proyecto que más satisfacción personal te ha aportado?

Lo cierto es que he llegado en mi madurez artística, y he podido además trabajar en equipo y no de forma individual. El hecho de poder trabajar escuchando el mar, observar algunas de las aves que representábamos en las salinas…, ha sido una experiencia súper bonita. Además, me he permitido un buen tiempo de investigación para poder trabajar a un ritmo más pausado. Por todos esos motivos sí que diría que es uno de mis proyectos más especiales.