Pejac, el ‘Banksy español’

El artista cántabro Pejac lleva años dejando su sello por las calles y por los espacios por los que pasa. El arte urbano es su forma de expresarse y reivindicar, ya que la denuncia social se presenta como un elemento central en sus obras. Las paredes de un barco abandonado, las paredes de una cárcel, la fachada de un hospital, la entrada a una casa…, todos estos lugares sirven a Pejac de lienzo para sus trazos, para sus reivindicaciones. Así, lo que el cántabro pretende es representar la dignidad, la lucha de aquellos que son discriminados y a los que se les han arrebatado todas las oportunidades.

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Uno de esos mensajes reivindicativos que más impacto tuvo fueron sus obras en Hong Kong, allá por 2015, en las que se valió de pequeñas muestras de arte urbano para poner en evidencia la notable falta de libertad en el país. ‘El Re-Pensador’, una pintura hecha desde el baño de su habitación, u ‘Opresión’, representada por la mariposa de MSN Hotmail atrapada en un tarro de cristal.

Pero la expresión de su arte fuera de nuestras fronteras no se queda ahí. En 2016 llevó a cabo otras dos intervenciones en el espacio urbano, una de ellas en un campo de refugiados palestinos en Jordania, donde realizó una serie de murales que reflejaban la vida de aquellos que habían tenido que dejarlo todo atrás al huir de la guerra. La otra obra llevada a cabo durante ese año fue en un edificio abandonado de Rijeka (Croacia), donde dibujó en las vidrieras rotas del edificio la silueta de unos pájaros volando ante la pedrada de un niño, reflejando la búsqueda de libertad, y en un claro homenaje al artista Rene Magritte y su predilección por los pájaros.

Ya en 2019, Pejac volvió a hacer de Cantabria su lienzo personal, concretamente en la cárcel de El Dueso. Allí colaboró con tres reclusos en la iniciativa ‘Mina de Oro’, con el propósito de reflejar esa capacidad tan humana como es la preservación de la esperanza frente a las adversidades. El artista cántabro empezó por intervenir una canasta de baloncesto de las que había en el patio de la cárcel, a través de una lámina de pan de oro, y que denominó ‘Valor Oculto’, queriendo reflejar la importancia de las actividades que parecen más banales a primera instancia. En su propósito de querer reflejar el eterno deseo de libertad del ser humano, Pejac ideó la obra ‘Muros Huecos’, en la que un pájaro dorado parece volar fuera de los muros por una puerta corrediza. La más emocionante de todo este trabajo era quizás ‘La Forma de los Días’, en la que se acababa formando un árbol gigantesco con las rayitas con las que los presos contaban los días que le quedaban en la cárcel.

Su trabajó no cesó durante la pandemia, y fue en el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, en Santander, donde quiso dejar su siguiente “huella artística” y dejar grabado un homenaje a todos los que luchaban contra el coronavirus y contra otras enfermedades, además de a los sanitarios. La obra ‘Superación’, por ejemplo, fue llevada a cabo de la mano de varios pacientes de la unidad de oncología infantil, y refleja a un niño que consigue levantarse de su silla de ruedas y llegar más alto que nadie, al lado de un precioso paisaje natural. Con ‘Caricia’, por su parte, alude a la necesidad de volver al contacto físico y a estar cerca los unos de los otros, a través de un médico y un paciente cuyas siluetas están separadas pero cuyas sombras se dan la mano. El tercer mural, ‘Distancia social’, sorprende por el efecto óptico que generan las múltiples pequeñas siluetas que hay dibujadas, en lo que parece una grieta en la pared a lo lejos. Desde cerca, se puede ver que las figuras están llevando a cabo gestos de solidaridad que reflejan el optimismo del artista con respecto a la situación que se vivía.

Además, durante el confinamiento, animó a todo el mundo a través de las redes sociales a combatir el aburrimiento y la ansiedad a través del arte, cuando eran pocas las actividades que se podían llevar a cabo debido a la situación en aquel momento. Así, bajo el hashtag #StayArtHomePejac, el artista cántabro alentaba a que convirtiésemos nuestras ventanas en un lienzo para crear una nueva realidad en cada una de ellas.

Especialmente simbólica fue, por su parte, la obra llevada a cabo en diciembre del año pasado en Berlín, donde instaló sobre una iglesia del barrio de Kreuzberg una escultura de un refugiado pidiendo auxilio con una bengala. Con esta obra, bautizada 'Landless Stranded' (Varados sin tierra), Pejac quería hacer reflexionar sobre la situación de los migrantes y, en definitiva, sobre “todas aquellas personas que no acaban de encontrar su lugar en la sociedad”, como señalaba para El País.

Y la intervención más reciente del cántabro nos lleva a las islas británicas, concretamente a Aberdeen (Escocia). En ese caso, se trata de una obra que nos recuerda en cierta medida aquella de ‘Distancia social’, a causa de las múltiples siluetas que dibujan un objeto o paisaje mayor. En ‘Welcome’, estas siluetas forman un felpudo donde se puede leer el mensaje del título de la obra. El lugar que Pejac escogió para materializar esta obra no fue casualidad, ya que se trata de la puerta de un edificio que alberga un buen número de organizaciones benéficas. De nuevo, vemos al Pejac más comprometido con la sociedad y con el mundo que le rodea, quien pretende que no olvidemos a aquellas personas que han sido apartadas o discriminadas de la sociedad.

Para quien la calle es un lienzo, las posibilidades artísticas son tan variadas como ideas tenga en la cabeza. Es lo que ocurre con Pejac, quien a lo largo de los años ha sabido hacer uso de espacios y materiales distintos para mostrar sus ideas de forma innovadora, y dejando huella en las comunidades alrededor de su obra.