Rodrigo Arteaga: "Creo en el arte como motor para redefinir ciertas nociones de naturaleza y cultura"

Rodrigo Arteaga confía en que el arte puede ayudar a la especie humana a reorientarse y repensar su lugar en el planeta. No duda en declararlo también a través de su obra que, de la mano de la Galería AFA, se presenta por vez primera en ARCOMadrid, la Feria Internacional de Arte Contemporáneo que acaba de abrir sus puertas en la capital española y que lo invita a exhibir en el espacio dedicado al arte latinoamericano.

Rodrigo, cuéntanos, ¿qué previsiones tenéis para ARCO 2022?

Estoy muy feliz y agradecido de participar de esta versión de ARCO, es la primera vez que participo y me emociona estar en esta sección curada por Mariano Mayer y Manuela Moscoso con diez galerías latinoamericanas y artistas que admiro muchísimo.

¿Por qué habéis elegido ARCO?, ¿qué importancia tiene esta feria en el mundo del arte contemporáneo?

ARCOMadrid es una de las principales ferias del arte - creo que es de las más importantes del mundo-, y por primera vez hago un proyecto individual en una feria con mi galería. La propuesta que traigo se desprende de un proyecto llamado Diorama en expansión, curado por Carolina Castro, que se mostró en el Museo de Artes Visuales en Santiago de Chile, en dos de sus salas.

Cuéntanos en qué consiste cada obra

En general, todas parten de la pregunta acerca de la relación entre naturaleza y cultura; particularmente relaciones complejas de extractivismo, de excesiva industrialización de la naturaleza como en el caso de los monocultivos de vinos y eucaliptos. Quemo siluetas de estas especies manualmente y se llenan de un vacío que las conectan con los incendios forestales, con el impacto que generamos también en los ecosistemas.

Hay una obra con hongos shiitake deshidratados que se llama Variaciones de hongos que es a partir de una investigación que llevo haciendo hace mucho tiempo en relación con distintos tipos de hongos: en este caso emergen de una retícula como si fuera un bastidor de una pintura.

Además, hay una serie de pinturas que se llaman Ilógicas de espécimen que parte son ilustraciones científicas a partir de la colección de Smithsonian Institution de objetos y seres provenientes de Chile pero que se encuentran en las bodegas y depósitos de esta institución. Entonces nos propusimos copiar el lenguaje del museo cuando uno espera ser visto, como todas estas imágenes de uso interno - cartas de color y reglas-, que buscan una cierta objetividad, pero que de todas maneras no es neutral. Lo pensamos desde la lógica del espécimen: cómo ampliarlo un paso más a la ilustración científica para incluir este nuevo contexto donde se encuentran estos objetos y seres y fue una forma simbólica de llevarlas de vuelta a Chile para mostrarlos. Las ilustraciones tienen el mismo tamaño de los originales.

Tenemos otra obra, se llama Árbol caído y que hice con un cerezo que encontré en Cáceres y está fragmentado como a medio camino de construirse, de transformarse en otra cosa. Para mí es el ser árbol que choque con el uso que hacemos de él como la extracción como material.

¿Hay un mensaje naturalista de cuidado del medio ambiente detrás de toda tu obra?

Sí, yo creo que pongo énfasis en la excesiva industrialización de la naturaleza, quizás el error de considerarla siempre como un recurso y no como un ser íntegro, vivo y con derecho por sí mismo. También en el impacto que generamos con la industria desmedida como en el caso de Chile, la industria forestal - todos lados están lleno de eucaliptos y pinos-, y tiene un impacto muy negativo en los ecosistemas, en las comunidades. La idea es pensar críticamente en ese impacto y ojalá reorientarnos y repensar nuestro lugar en el planeta.

¿Y cómo se puede realizar eso a través del arte, quizás exponiendo, quizás teniendo en cuenta un poco más la sostenibilidad a la hora de organizar ferias o eventos?

Sí, totalmente. Todas esas partes que mencionas son vitales y yo también creo mucho en el arte como motor para hacer preguntas y para reorientar y redefinir quizás ciertas nociones de naturaleza, cultura. La misma idea naturaleza va cambiando constantemente, entonces hay que irla reactualizando. Hoy en día el impacto del ser humano en el planeta es tal que ya no existe una naturaleza libre de él, por lo que hay que reconsiderar en verdad estas ideas. Creo que el arte puede ayudar en esa definición.

Para terminar, ¿qué importancia puede tener el arte contemporáneo para Chile?, ¿qué le puede aportar al país?

Pensamiento crítico, una mirada amplia sobre el mundo, nuestro devenir. Hacia dónde vamos, de dónde venimos, son preguntas esenciales que el arte tiene la apertura para permitirse pensar, repensarnos en relación al lugar en el que estamos y me parece una herramienta muy importante de aprendizaje y de cultura.

Le puede interesar: 

Sergio Rubira: “ARCO es mucho más que una feria y un evento comercial”

ARCOmadrid presenta el primer asistente virtual de su historia