Aún con el resonar de los aplausos recibidos en Europa al regreso de su gira, la Compañía Acosta Danza tomó por asalto la Sala Avellaneda del Teatro Nacional de Cuba. Durante todo el fin de semana, el público habanero disfrutó del espectáculo 100% cubano bajo la dirección general del primer bailarín Carlos Acosta y con un tema altamente motivador: los sueños, las aspiraciones, los desafíos, las dificultades y la capacidad de resistencia de los cubanos.
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Dos fueron los estrenos mundiales en este retorno a las tablas cubanas: Liberto, de Raúl Reinoso -que constituye un canto a la libertad desde las peripecias de un cimarrón- e Híbrido, con coreografía de Norge Cedeño y que reflexiona sobre el espíritu de resiliencia de los cubanos.
Se incluyeron además en el programa obras del repertorio de la compañía como Paysage, soudain, la nuit, del sueco Pontus Lidberg -recreación del espíritu cubanísimo de la rumba-; Impronta, de la española María Rovira, otra visión de ciertas esencias de la cultura tradicional; y De punta a cabo, coreografía a partir de la original de Alexis Fernández (Maca), que celebra mucho de lo que identifica a este pueblo.
En una agrupación que dispone de un repertorio en el que confluyen los estilos clásicos y contemporáneos, también estuvieron en diálogo danzario artistas establecidos con otros que recién se graduaron en la primera promoción de bailarines de la Academia de la compañía y que desde ese momento formarán parte del elenco.
Fotos: Tomadas de Facebook oficial de Acosta Danza