El príncipe Carlos y su pasión por la pintura en acuarela

La renovada capilla Garrison en Londres será testigo, hasta el 14 de febrero, de una muestra singular. Se trata de la producción artística del príncipe Carlos resumida en 79 obras seleccionadas por el propio creador.

Las piezas que se exhiben tienen como fuente de inspiración el entorno que el heredero de la corona prefiere como Escocia y las residencias reales. Son también motivos en sus acuarelas, las cuales realiza desde hace casi medio siglo, los paisajes que disfruta durante sus viajes a Suiza, Tanzania, Francia o Grecia.

Durante la curaduría de la muestra, las obras se organizaron por lugares y países, permitiendo al visitante ser parte de las maravillas naturales que refleja su autor. En los cuadros lo mismo se perciben las montañas nevadas de Escocia que Gales, es posible ver desde Montmirail en la Provenza francesa hasta el Monte Athos en Grecia, e incluso a Transilvania, en Rumanía. Además, el príncipe Carlos ha inmortalizado Klosters y Saint Moritz en Suiza, y el castillo de Le Barroux en Francia. Siente además un afecto especial por la montaña escocesa, Beinn a’Bhuird, motivo de su obra en más de una ocasión.

Según texto que acompaña la muestra la “fotografía le resultaba insatisfactoria” de ahí que eligiera la acuarela para encauzar sus inquietudes artísticas. “Requiere la concentración más intensa y, por tanto, es uno de los ejercicios más relajantes y terapéuticos que conozco. Me lleva a otra dimensión, que refresca partes del alma a las que no llegan otras actividades”, explica el príncipe.

Estas piezas se convierten en su propio álbum fotográfico y ese es el mayor valor que le concede su autor. A lo largo de los años, ha pintado 680 acuarelas, a veces firmadas como A.G. Carrick, seudónimo creado a partir de las iniciales de dos de sus otros nombres de pila, Arturo y Jorge, y de su título de conde de Carrick.

Las obras no han estado a la venta, pero sus reproducciones litográficas pueden alcanzar miles de libras en internet. También se comercializan algunas litografías en su finca de Highgrove. Todos los beneficios de las ventas se destinan a la fundación, que organiza esta exposición, o a sus otras obras benéficas.