Por tres de las salas de la mansión que en el siglo XVIII se construyera por encargo del Conde Barreto, inmueble que desde inicios de los años 80 del pasado siglo ocupa el habanero Centro Provincial de Artes Plásticas y Diseño, se extiende una de las más trascendentales exposiciones de cuantas se han organizado con motivo del aniversario 500 de La Habana.
Una cifra superior al medio millar de artistas que originalmente se pensó incluir, 507, participan de esta muestra titulada 500X500, en la que aparecen las firmas de seis Premios Nacionales de Artes Plásticas, junto a las de otros prominentes autores de varias provincias de la Isla y países del continente.
Respetar un formato de 20x20 cm fue el único requisito aparecido en la convocatoria que daba la oportunidad a creadores de diversas generaciones, técnicas y estilos, de hacer con su obra un regalo a La Habana, en ocasión de arribar ésta al medio milenio de fundada.
De tal modo, desde la abstracción o lo figurativo, se exhiben pinturas, dibujos, esculturas, diseños e instalaciones; en las que, concebidas a partir de la personal forma de hacer cada uno de los artistas, aparecen obras de las más variadas tendencias, en las que la urbe no siempre está representada explícitamente.
Además de la exhibición de las piezas en la más conocida como Galería Luz y Oficios, el proyecto ideado por el también artista Luis Lamothe Duribe contempla acciones colaterales, como el panel de especialistas sobre el vínculo de La Habana con las artes visuales, celebrado el pasado día 14; así como un encuentro con la camagüeyana Marta Jiménez, el 20 de noviembre; y una descarga de trovadores el 19 de diciembre.
Hasta el 12 de enero próximo se mantendrá abierta al público esta exposición, a través de la cual hicieron su regalo a La Habana – y también a todo el que la visite- artistas de la talla de Pedro de Oraá, Rocío García, René Peña, Julia Valdés, Agustín Bejarano y Octavio Irving, junto a tantos otros que dan prestigio a las artes visuales del patio.