Se sabe. Más que una tendencia se ha convertido en vicio. La Habana es elegida como trasfondo para videoclips, muestras fotográficas, desfiles de moda y escalas de placer por no pocas celebridades del mundo artístico internacional, no importa si lo hacen a voz en cuello o en el más puro clandestinaje, como para no llamar la atención.
La otra arista del asunto es que la añeja urbe lleva rato preparando un cumpleaños redondo, de esos que cualquier generación aplaude solo una vez, porque no hay chance para más. Quinientos años no se celebran todos los días, y por eso San Cristóbal de La Habana se maquilla y sale a sus viejas calles patrimoniales a lucir sus mejores galas.
Y más o menos eso se ha visto, y de qué manera, en días recientes, pues acaba de acontecer en el Pabellón Cuba y en la sede de la Alianza Francesa en la capital cubana la Semana de la Moda en La Habana, «Artesanía e Identidad», un evento que contó con la presencia de alrededor de setenta diseñadores y más de cuarenta desfiles, y que estuvo auspiciado por el Consejo Nacional de las Artes Plásticas y el Fondo Cubano de Bienes Culturales como forma de invitar «a los creadores talentosos de todas las provincias del país a revelar las habilidades y maestría en el quehacer artesanal, el diseño textil, la orfebrería, la bisutería, el trabajo con la piel…».
Uno de los puntos altos del encuentro fue la presencia de los diseñadores de la zona caribeña francófona Eliette Lesurperbe (Guadalupe), Alex Rotin (Guyana francesa) y Paul-Hervé Elisabeth (Martinica), además de Yvette Tai-Coquillay (nacida en el Congo y residente en Francia), creadora de la plataforma profesional e internacional Labo-Ethnik en París, una especie de «laboratorio étnico» de diseñadores franco-caribeños que organizan todos los años un salón en París que, durante tres días, se convierte en alternativa para la exhibición de diseños que parten de las más auténticas tradiciones de la cultura de origen africano.
Durante cinco noches, y con gran presencia de público, el céntrico Pabellón Cuba de El Vedado habanero acogió múltiples desfiles que demostraron la buena salud del diseño textil en nuestro país y la necesidad de que una vez y por todas la industria sea capaz de aprovechar el talento de nuestros creadores, para que los habitantes de este archipiélago no tengamos que depender ciento por ciento de lo que nos impone un comercio minorista muy alejado de la calidad y del buen gusto.
En el Palacio Gómez del Paseo del Prado, sede de la Alianza Francesa, tuvieron lugar durante dos jornadas varias conferencias y talleres dirigidos a los especialistas y profesionales del mundo de las pasarelas, como el titulado «Emprendimiento y gestión de moda», con una exposición de conceptos y visión de futuro del proceso creativo-productivo expuestos por Maité Duménigo, Elliette Lesuperbe, Ivette Tai-Coquillay, Jesús Frías y Paul Herve Elisabeth.
Arte por Excelencias estuvo presente en la jornada matutina del primer día de este encuentro teórico. Gracias a la doctora Nieves Laferté, por su documentada conferencia «Arqueología y ciencia del traje: fundamentos de la vestimenta escénica», nos enteramos de que hasta el siglo xviii los zapatos de ambos pies se fabricaban con la misma horma, o sea, eran idénticos: nada de uno para el pie derecho y otro para el izquierdo. Solo la fuerza de la costumbre logró que el ser humano pasara por alto la tortura de calzarse un par de artificios de cuero… o de metal, pobre del que tenía que espantarse una armadura.
La también doctora Piedad Subirats disertó sobre «El comunicador y su imagen en los medios televisivos», un tema que debía estar en la agenda de cualquier acción de capacitación de directores, locutores y animadores de la Televisión Cubana. Es de lamentar la indumentaria que se exhibe, muy a tono con las armaduras del siglo xviii… o los bikinis de la segunda mitad del xx.