Dos eventos de especial importancia marcan el acontecer cultural de estos días en la capital cubana: la edición veintiséis del Festival Internacional de Ballet Alicia Alonso —que rinde a su vez homenaje al aniversario setenta de la creación cimera de la excelsa bailarina: el Ballet Nacional de Cuba—, y Noviembre Fotográfico, un encuentro que se ha consolidado como plataforma para el desarrollo y promoción de esa manifestación artística en la Isla.
Ambos acontecimientos se unen en la exposición colectiva Divertissement, inaugurada en la galería Collage Habana —San Rafael número 103 entre Consulado e Industria, Centro Habana—, perteneciente al Fondo Cubano de Bienes Culturales, con dirección de Pedro Edgar Rizo Peña, curaduría de Deydri Delgado Ávila, montaje de Carlos Montané Collado y diseño de Fernando Riveaux Terrero.
Divertissement —explica Deydri en sus palabras para el catálogo—, si bien se inaugura en el marco temporal del XXVI Festival Internacional de Ballet, pretende alejarse de la perspectiva que suelen presentar las exposiciones danzarias. Los entrecruzamientos entre ambas manifestaciones se recalcan en las exposiciones que se organizan en el marco de los festivales de ballet, u otras en las que predominan los retratos de figuras relacionadas con este mundo o relevantes piezas coreográficas».
En la muestra están presentes obras de Lidzie Alvisa (Profesional), Arien Chang (Sin título), Adonis Flores (Lima), Glenda León (360 fouettés), Cirenaica Moreira (Sin título, de la serie Con el empeine al revés), René Peña (Tutú), Grethell Rasúa (Tenerse a sí mismo, tan llenos de fe y esperanza), Lázaro Saavedra (El cuervo albino) y Leysis Quesada (Mia y Avril bailarinas y Apagón).
«Plurales firmas —continúa Dreydi— conllevan a diversos acercamientos y perspectivas. Algunas fotografías optan por un acercamiento más íntimo o lírico, en ocasiones dado por un vínculo personal con el ballet. En este caso el discurso está permeado por las experiencias del fotógrafo. Estas imágenes se comunican con otras en las que el abordaje es más brusco, tajante, provocativo o irónico. Asimismo, obras en las que prevalece la espontaneidad de un gesto captado por el lente conviven con otras que muestran escenas construidas para la cámara, o con otras que se basan en la manipulación de imágenes de archivo.
»Inevitable resulta que cuestiones humanas salgan a relucir: la violencia física y espiritual del desarrollo profesional, la discriminación, la disolución del yo en el todo, entre otros que le tocará al espectador vislumbrar. Están latentes a lo largo de la muestra pares dicotómicos universales: perfección y dolor, talento y sacrificio, efectismo técnico y dramaturgia cuidada, espectáculo y realidad oculta, protagonismo y coro…».
»En Divertissement —concluye—, la danza da cauce a las poéticas individuales que les permite una diversidad de enfoques que la desbordan, para dar cabida a lecturas que van más allá del universo del arte del cuerpo en movimiento».
