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Controversias en la Bienal de Sao Paulo
30September

Controversias en la Bienal de Sao Paulo

Medios de prensa de todo el mundo, bloggeros, instituciones religiosas y de gobierno se han pronunciado sobre algunas de las obras de la última edición de la Bienal de Sao Paulo.

 

El artista argentino Roberto Jacoby ha suscitado la mayor atención, con El alma nunca piensa sin imagen, censurada por decisión judicial debido a las explícitas referencias a la campaña presidencial brasileña, que culmina en las elecciones este 3 de octubre. Organizada por la Brigada Argentina por Dilma, esta instalación incluye propaganda a favor del Partido de los Trabajadores y su candidata Dilma Rousseff. Algunas agencias afirman que fue la propia Fundación Bienal de Sao Paulo la que acudió a la sede judicial para denunciar la obra que habían invitado, declarando desconocimiento de su dirección temática y magnitud, lo cual resulta contradictorio pues en el catálogo oficial y el sitio web se muestra la misma imagen censurada. El hecho es que los grandes paneles fotográficos que muestran los rostros de los dos candidatos fueron cubiertos con papel de embalar y se retiraron los volantes con referencias a la campaña. No obstante, los integrantes de la Brigada han anunciado que mantendrán otras actividades, entre ellas la conferencia ¿Qué hace que un espacio de una campaña electoral en una Bienal de arte contemporáneo?

 

Otro escándalo provocó la obra del brasileño Gil Vicente, esta vez respaldado por la Arquidiócesis de Sao Paulo y la Orden de los Abogados de Brasil, pues el artista se muestra en la serie Enemigos asesinando a líderes como el presidente brasileño Lula Da Silva, el ex primer ministro israelí Ariel Sharon, el ex secretario general de la ONU Kofi Annan, el presidente de Irán, Mahmud Ahmadinejad y el Papa Benedicto XVI, entre otros. La Arquidiócesis pidió la intervención del Ministerio Público de Brasil, declarando en nota de prensa que “(…) en una sociedad ya marcada por el conflicto y el dolor por tanta violencia, es muy dudoso que, en nombre del arte se expongan escenas que sugieran el derramamiento de odio contra los que se perciben como propios enemigos”.

 

Llamó también especialmente la atención Bandera Blanca, del brasileño Nuno Ramos, esta vez por la intervención de un grupo de defensores de los derechos de los animales. Se trata de una de las obras centrales de la muestra –conformada por tres grandes bloques de hormigón rodeados por unas enormes redes– que ocupa el lugar central del enorme espacio de la planta baja sobre el que balconean los demás niveles del inmenso edificio diseñado por Oscar Niemeyer. Concretamente, los activistas protestaron contra el uso de buitres vivos en la pieza –con un pequeño espacio para volar dentro de las redes–, autorizada por el Instituto Brasileño del Medio Ambiente.

 

Los medios han dado amplio espacio a estas polémicas, más que al alcance artístico de las obras o del evento en general. Se imponen valoraciones de la muestra y la curaduría que sitúen los caracteres extra-artísticos en su justa dimensión. Estaremos al tanto.