Por Jorge Fernández Era
Hasta el 12 de noviembre de 2018 el público podrá acceder a la exposición Jesús de Armas, drama y utopía, que alberga el Edificio de Arte Cubano del Museo Nacional de Bellas Artes de La Habana. La muestra tiene la curaduría de Laura Arañó Arencibia y museografía de Yusleidy Llerena, además de la producción del grupo Médula y el registro e inventario de María Estela Morell. En su montaje participaron seis especialistas, y en la restauración de las obras otros catorce.
Para la ocasión se editó un hermoso catálogo con diseño de Yusleidy Llerena, edición de Mercedes Melo y fotos de MediART, además de un sport promocional de Raúl Valdés (Raupa).
En Jesús de Armas, drama y utopía se exponen cuarenta y dos obras pertenecientes al Museo Nacional de Bellas Artes, el Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam, el Museo Internacional del Humor de San Antonio de los Baños, así como de las colecciones de José Almarales, Alicia Leal y Juan Moreira, y The von Christierson Collection de Londres. También es exhibido el documental De Armas, el último taíno, con guion, dirección y producción de Santi Zegarra y del propio artista.
«Jesús fue un intelectual, un pensador y ferviente defensor de nuestras herencias aborígenes, a cuyo rescate dedicó la mayor parte de su vida ―nos dice Laura Arañó―. Creía con vehemencia ser descendiente de esa raza prácticamente exterminada por la colonización española. Esa apasionada búsqueda y la fuerza que imprimió a las imágenes de pictografías, cemíes y mitos de la cultura taína convierten su obra en una de esas necesarias exploraciones que sitúan la cultura cubana más allá del pasado español y los inevitables lazos con África».
Jesús González de Armas nació en San Antonio de los Baños el 8 de septiembre de 1934. Tempranamente, a los 17 años, ejerció como caricaturista y publicista de la Agencia Siboney, y cuatro años después visita los estudios de animación de la United Productions of America (UPA). Ya en 1956 realiza junto a su primera esposa y artista Margie Gavilán la exposición Dibújese una sonrisa, junto al libro de caricaturas homónimo. Fue el primer director, entre los años 1960 y 1967, de los Estudios de Animación del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (Icaic). Entre sus filmes animados se encuentran El maná (1960), El tiburón y las sardinas (1961) Remember Girón (1961), Un hombre y un chivo (1966) y La frontera (1967).
Un viaje en 1975 por cuevas de la Isla con muestras pictográficas provocó que a partir de esa fecha «la temática en su obra gráfica y pictórica se enfocara en los mitos y la historia de las culturas aborígenes cubanas». En 1985 comenzaría «una larga serie que termina en 1992 en París y que denominó Carbonadas», consistentes en «grandes dibujos expresionistas realizados en la técnica del carboncillo».
Tras realizar en 1992 en la Maison de L’Amérique Latine su muestra personal Dessins et peintures: carbonadas neo-tainas, comienza a vivir en el distrito de Montmatre en París, ciudad donde falleció el 20 de mayo de 2002.
La curadora de Jesús de Armas, drama y utopía hace énfasis en lo importante de esta muestra sobre el casi desconocido artista plástico cubano: «La relevancia de su obra y las renovaciones que introdujo en la esfera de las artes visuales cubanas del siglo XX nos obliga a repensar la historiografía del arte en Cuba, en la cual De Armas es un gran signo de interrogación. Si bien ha merecido la admiración y la puesta en valor de su trabajo por parte de algunos investigadores, todavía es necesaria su recolocación en el entramado del arte cubano».