Por Jorge Fernández Era
La exposición de joyería artesanal Moyugba Orisha, representación de la religión afrocubana del orfebre Yank Benavente Quintana y del fotógrafo Iván Duany, ambos miembros del proyecto Qbafro, fue inaugurada en el Museo de la Orfebrería ―Obispo entre Oficios y Mercaderes, La Habana Vieja― con la presencia de José Carlos de Santiago, presidente del Grupo Excelencias, Dámaso Crespo, quien encabeza la Asociación Cubana de Artesanos y Artistas (ACAA), y Rosa Iris Parets, directora de la institución.
En las palabras inaugurales, Rosa Iris destacó que «más allá de la carga emocional religiosa de cada una de las piezas de Yank, en esta exposición está presente una riqueza estética que ennoblece, que dignifica el concepto de las religiones y propone el respeto a los ancestros, a los practicantes y al ser humano».
Moyugba Orisha (Saludo a los santos) propone una mirada, desde la orfebrería y la fotografía, a las deidades y al entorno que componen la mitología de los orishas de la Regla de Ocha, y nos remite a los procesos histórico-culturales que hacen que la religión afrocubana trascienda la mera práctica religiosa para devenir uno de los componentes fundamentales de la idiosincrasia y la cultura de la nación.
Benavente Quintana, como bien se destaca en el catálogo de la exposición, «trabaja la joyería tradicional yoruba a partir de interpretaciones poéticas que le otorgan a cada pieza un estilo personalizado». Estas constituyen «elementos alegóricos en escenarios que establecen una relación directa con la deidad, plasmando así esa otra interpretación, en este caso la del artista Iván Duany, en soporte fotográfico: dieciséis instantáneas que recogen lo más notable, y que pasadas por el filtro de ambos artífices nos redireccionan, de una manera quizás diferente, hacia la belleza, el simbolismo y misticismo de la religión yoruba».
Las piezas centrales de la exposición son un trono ―lugar sagrado consagrado a la adivinación, donde el babalawo consulta el oráculo de Ifá― confeccionado con caoba y tejido de damasco, con incrustaciones de bronce, latón y engastes de circonita y crisoprasa, así como un tablero o superficie circular de madera donde se inscriben los vaticinios del oráculo, y una batea de Orula, que es el receptáculo donde vive esa deidad.
Llaman la atención por su belleza varias piezas que engrandecen al arte de la orfebrería: los iddes o pulsos ―elaborados con plata 950 con tejidos de cuentas de cristal y swarovski― que representan a las deidades de la Regla de Osha: Egún, Orumila, Elegguá, Ogún, Obbatalá, Oyá, Ochún, Yemayá y Changó; un idde escultórico en el que son representados los santos simbólicos yoruba, entrelazados entre sí mediante Orumila, deidad de la adivinación; y un cuchillo de sacrificio ―propiedad del compositor y cantante Descemer Bueno― donde se fusiona la plata 925 con bronce latón, piel, carey y engastes de topacios y crisoprasas verdes.
Numerosos artistas e intelectuales, como el propio Descemer ―uno de sus principales clientes―, la cantante Haila y la más importante investigadora de la religión yoruba en Cuba, Natalia Bolívar, han ponderado la calidad de las piezas confeccionadas por este orfebre y son los principales promotores de su arte en los cuatro puntos cardinales del planeta.
En exclusiva para la revista Arte por Excelencias, Yank Benavente Quintana apuntó que el proyecto Qbafro está cumpliendo ocho años. «Tuve la bendición de aprender el oficio de orfebre. Las dos cosas llegaron a la vez: me vinculé a la religión yoruba y comencé con Qbafro. Automáticamente comencé a fusionar lo uno con lo otro. A casi una década tenemos la madurez suficiente para pensar en una exposición, y aquí está, y la comparto con Iván Duany, mi amigo, mi padrino, el fotógrafo que me ha acompañado con las dieciséis instantáneas. Mi sueño ha sido siempre representar la religión yoruba a través de mi trabajo. Qbafro no soy yo solo: hay pintores, escultores, tejedores, fotógrafos, joyeros…, y nos empeñamos en defender, para los objetos religiosos, una estética diferente».