Por: Alain Valdés Sierra/ Fotos: Gustavo Rivera
Un maratónico concierto del que tomaron parte varios de los músicos más importantes del momento, centró la atención del mundo en La Habana que celebró este domingo el Día Internacional del Jazz, instaurado por la UNESCO en 2011 y que se celebra cada 30 de abril.
El Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso fue el escenario de la velada donde comulgaron genialidad y virtuosismo para dar forma a una entrega jazzística de altísimos valores, en la que se pudo disfrutar de parte significativa de todas las músicas que moldean al género, considerado un idioma universal.
Para el mundo el mensaje fue claro, el jazz tiene la capacidad de unir y movilizar a la gente en nombre de la paz, el diálogo y la dignidad humana, dijo durante una breve intervención Irina Bokova, directora general de la UNESCO.
El espectáculo transmitido en vivo a todo el globo se cimentó sobre el trabajo de los directores musicales John Beasley, Estados Unidos, y Emilio Vega, Cuba, quienes apostaron por el trabajo de formatos mixtos, una interesante selección de temas, y arreglos musicales que mediante su ejecución mostraron la ductilidad del jazz para adaptarse a las diferentes circunstancias.
Las primeras notas correspondieron al jazz afrocubano con ese clásico de Chano Pozo que es Manteca, una pieza imprescindible que ejemplifica la influencia de los ritmos de la Isla en el jazz tal y como lo conocemos hoy. El recorrido siguió por otros clásicos del género como el genial Blue Monk, del gran Thelonious Monk, y que fuera interpretado magistralmente a dos pianos por el maestro Chucho Valdés y Gonzalito Rubalcaba, hasta piezas más contemporáneas con claras apropiaciones de sonoridades brasileñas y el norte de África.
Las muestras de virtuosismo en todos los ámbitos fue otra de las piedras medulares del concierto, todos brillaron con sus solos como debe ser en el jazz, pero sin restar valores al conjunto musical que es cada tema; las voces también hicieron lo suyo con las estelares apariciones de la coreana Youn Sun Nah, los cubanos Oscar Valdés y Sixto Llorente, y la estadounidense Cassandra Wilson.
Para otros solo la aparición en escena fue motivo para llenar de aplausos al Gran Teatro como el propio Chucho, o los legendarios Quincy Jones y Herbie Hancock, que de paso aprovechó para agradecer a La Habana y sus ciudadanos la cálida acogida a las celebraciones por el Día Internacional del Jazz.
El anfitrión de la velada fue el actor y productor Will Smith, y la despidida fue mediante las notas de la legendaria Imagine de John Lennon, interpretada por los más de 50 artistas que tomaron parte del concierto y que hábilmente el maestro Bobby Carcassés derivó al estribillo de la contagiosa Guantanamera.
Por primera vez el Día Internacional del Jazz se extendió a una semana de conciertos, clases magistrales, presentaciones de libros documentales y discos, mientras que en más de 190 países de todos los continentes se llevaron adelante otras iniciativas por tan importante fecha, quizás la mejor muestra de que el jazz es una música universal, que no entiende de diferencias culturales, raciales, geográficas o ideológicas.