Ramon Sicart: De puntos y rayas desde otro yo

I jo, jo, jo, jo, jo, jo, jo. Som set.

Joan Brossa.(1)

A menudo tenemos de las personas una visión parcial al conocer de ellas sólo aquella parte con la que nos relacionamos, sea personal o profesional, y quedan fuera de nuestro alcance otras facetas que las complementan o que actúan de suplemento. Les asignamos un rol y parecería que esto ya sería suficiente.

En el entramado del arte, podríamos creer que los papeles desde siempre han estado bien definidos pero no es así. Desde hace mucho hay una multiplicidad de facetas que en los últimos años se han hecho más visibles. Así, ya no nos sorprende ver coleccionistas que muestran sus colecciones bajo su curaduría, artistas que gestionan sus propios espacios o se hacen cargo de exposiciones de otros artistas, críticos o comisarios que ejercen el papel de artistas o incluso artistas y galeristas dirigiendo ferias de arte, sean de titularidad pública o privada.

El galerista es uno de los casos en que esta hibidración es más patente. Si ser galerista tiene implicaciones culturales, económicas y sociales, no es menos cierto que a muchos la creación, el coleccionismo, la crítica y la curaduría no les es ajeno. Sólo desde este punto de vista se pueden entender decisiones que a menudo escapan a la lógica más racional.

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De puntos y rayas desde otro yo es la segunda exposición individual de Ramon Sicart en la galería tras Natures mortes, muestra fotográfica realizada en 2003. Está formada por dibujos de diferentes tamaños de las series Ocells, El fil d’Ariadna, e Impacte, realizados a bolígrafo sobre papel entre 2013 y 2016, así como un vídeo. El título, con clara alusión irónica al libro de Kandinsky (2) y a las teorías freudianas, reivindica el trazo, -imperfecto y pulsional, monotamente reiterativo-, para provocar tensiones a la vez que descargas emocionales desde su realización.

El punto de partida de los dibujos de la serie Ocells es un vídeo grabado en las tierras del Ebro en marzo de 2013 que se muestra en la exposición. En este caso los dibujos están hechos golpeando el bolígrafo contra el papel para expandir el punto y crear armonías que se contraen y expanden, como el vuelo de los pájaros.

El fil d’Ariadna es un trabajo obsesivo que tendría sus raíces en las Marañas de los años 90 de Antonio Murado y en trabajos de Ruth Morán posteriores al 2006, así como en algunas de las composiciones musicales de Steve Reich o John Cage. Al contrario del mito, en El fil d’Ariadna, el dibujo rota obstinadamente sobre sí mismo creando una sensación de enredo en el horror vacui de la obra. De hecho, su inicio es hacer la prueba de si el bolígrafo se desliza bien sobre el papel y sólo se detiene cuando no queda ningún espacio en blanco.

Impacte, el trabajo más reciente, basado en experiencias reales, consiste en trazar líneas desde un punto hasta el extremo del papel. El resultado provocado oscila entre el efecto expansivo de una explosión y la impresión emocional intensa que te cautiva y engulle.

(1)  Joan Brossa. Càntir de càntics. Els llibres de l’escorpí. Poesia. Pàg. 52.

(2) Kandinsky. Punto y línea sobre el plano. Ediciones de bolsillo.