Cuba se ilumina tras el lente de Héctor Garrido

Por: Jorge Fernández Era

Fotos: José Luis Estrada

Tras años de paciente espera, de recorrer cientos de kilómetros cámara en ristre en busca de las más encumbradas figuras de la cultura cubana, el fotógrafo español Héctor Garrido, su esposa, la actriz Laura de la Uz, y el proyecto que los une en la vida: Cuba iluminada, han visto coronado su esfuerzo con la inauguración de la muestra del mismo nombre en el Centro de Desarrollo de las Artes Visuales del Centro Histórico de la capital cubana, recientemente proclamada Ciudad Maravilla del Mundo.

Claro que una ciudad tiene que resultar prodigiosa cuando se obra el milagro de reunir más de doscientos retratos de personalidades como Alicia Alonso, Chucho Valdés, Carilda Oliver, Roberto Fabelo, Miguel Barnet, Omara Portuondo, Leonardo Padura y tantos otros que son imprescindibles cuando se habla de una identidad que sostiene a una nación. No en balde Eusebio Leal, el Historiador de la Ciudad, ha expresado: «Lo que no puede negarse en la obra de Héctor Garrido es la sutileza y originalidad de las imágenes, en lo adelante testimonios imperecederos, auténticas huellas en el tiempo de una trayectoria singular, de un periplo azaroso y no exento de contradicciones, en definitiva, de un país y su gente».

El señor Juan Francisco Montalbán, embajador de España en Cuba, al inaugurar la muestra, ponderó la calidad técnica de los retratos y la curiosidad de Garrido por acercarse al mundo cultural cubano en su complejidad, en su diversidad, en su fortaleza, en sus turbulencias. «Un arte difícil, un arte en el que se avanza en la expresión, en la introspección sobre los personajes retratados».

Héctor Garrido publica asiduamente sus imágenes en prestigiosos medios como El País, El Mundo y National Geographic, y ha realizado más de ciento cincuenta exposiciones fotográficas. Pero la que acaba de inaugurar en La Habana marca un antes y un después en su obra: «Lo importante que tengo que decir lo he dicho con estas fotografías. He encontrado doscientos cincuenta rostros, pero he encontrado también doscientos cincuenta amigos, he encontrado cariño y amor aquí. A Cuba solo gracias».