El “estilo castellano” y el “Remordimiento Español”, son dos conceptos referidos al mobiliario español bien arraigados en nuestra cultura y memoria colectiva. En ellos se ha inspirado Von Pelt, y a partir de su particular interpretación de la tradición popular española ha creado especialmente para la galería Machado-Muñoz una nueva colección de mobiliario y cerámica titulada Castellano Brutalista. Además ya está disponible el catálogo de la muestra.
Von Pelt, colectivo con sede en Berlín, está formado por diseñadores, creativos y artesanos de distintas proveniencias, destacando el carácter colaborativo en su modus operandi. En cierto modo, sus miembros son anónimos, variando en función del proyecto que se produce allá donde el producto lo requiera. El único nombre que trasciende es el de su fundadora y diseñadora, Desirée Mejer, quien al mismo tiempo es su portavoz.
La exposición, que podrá ser visitada en la sala madrileña desde el 19 de noviembre hasta finales de enero del 2016, incluye tres armarios/cómodas, cuatro espejos y diez piezas de cerámica. Estos objetos funcionales de rica y elaborada estética “ideológica” están cargados de ironía y carácter experimental.
El recorrido a lo largo de la muestra que se presenta en las dos salas de la galería madrileña, está articulado por dos cuerpos de obra en marcado contraste, especialmente definidos por las cualidades de los materiales elegidos para su ejecución: latón y cerámica.
Mientras resulta inevitable intuir la influencia del arte sacro y las historias bíblicas en los muebles y espejos de la colección The Golden Calf, realizados en madera revestida con una piel de latón decorada con ricos ornamentos de clavos, tachuelas, pomos, asas y remaches rescatados de ferreterías; en su imaginario han intervenido otras referencias como el cine de Pier Paolo Pasolini y mas concretamente la estética de su película Edipo Rey.
Observamos que en los espejos (entre los cuales alguno podría haber sido rescatado de un palacio Mudéjar) así como en los armarios/cómoda The Custody Armoire y The Tribes, ambos inspirados en los tradicionales bargueños (el más genuino mueble español), la demasía de los brillos dorados del amarillo latón se ve desagraviada con los accidentes y marcas que aparecen en su superficie. En la semiótica visual a la que Von Pelt nos remite, dichas protuberancias son “heridas de Guerra y cicatrices a la vez que joyas de Castilla”. Cargados de referencias histórico literarias que podrían haber sido extraídas de una leyenda: “el mueble-arca ha cambiado de propietario en muchas ocasiones, sufriendo los golpes y magulladuras de la lucha por su posesión. Aunque al final esto son solo inspiraciones y referencias lejanas”, nos cuenta Desirée Mejer.
En cambio, las obras realizadas en cerámica: candelabros, vasijas y bodegones representando vanitas y mementos mori, resultan sobrias y austeras, lo cual se compensa con la acumulación y superposición de elementos: calaveras, cadenas, pitorros de botijos y piñas. En ellas el estilo “remordimiento” y la “fantasía de lo español” son el desencadenante de esta reinterpretación de la cerámica tradicional española.
A partir de la identificación de los signos que creó el fascismo para ensalzar lo falsamente “español”, Von Pelt nos transporta a un lugar común de recuerdos colectivos, en los que reconocemos la estética de mesones, El Cid o el Quijote, iconos de una simbología mítica entre la que se encontraban pergaminos de forja, antorchas con bombilla de bajo consumo, cadenas y bodegones.
Recurriendo a un historicismo crítico, Mejer va más allá y nos cuenta que las referencias en algunas de estas piezas se encuentran en la conexión entre España y la América precolombina. Los ornamentos, como las piñas, que aparecen en algunas vasijas, forman parte de nuestro legado romano y árabe. En otras, adornadas con numeroso pitorros-flautas que rodean su perímetro, se nos sugiere, llenarlos de flores, como si de tulipaneras se tratara, esos extraños floreros especialmente hechos para tulipanes que se empiezan a producir en Flandes en el siglo s. XVIII. ¿Cómo hemos llegado ahora hasta Holanda? “A ella nos unen las guerras y la pájara ¿es éste el título de una de las piezas? es un cuerpo de piña con cara de pitorro de botijo que recuerda a las figuras de perdices castellanas. Mientras que, irónicamente, la cadena es un símbolo de la unión cultural de los pueblos dominados por España”. El resultado es una asociación libre de referencias de una conciencia colectiva de lo que es “castellano”.
En las piezas de Von Pelt destaca el valor de la artesanía y su condición de piezas únicas. Piezas de radical contemporaneidad, hechas a mano con métodos tradicionales. En la búsqueda de las raíces culturales y los mejores artesanos para elaborar esta colección, se dirigió a los talleres de estaño de Pedraza para trabajar el latón y encontró en Sevilla los mejores alfareros, surgiendo como consecuencia piezas de gran maestría, elaboradas con el conocimiento y dominio de la técnica, siendo a la vez elegantes y bien construidas.
Texto: Cristina Giménez
Exposición: Von Pelt - CASTELLANO BRUTALISTA
Hasta el 19 de marzo
Lugar: c/ José Marañón nº 4 (Madrid)