En la Biblioteca Nacional José Martí, y como parte de Noviembre Fotográfico, ha sido inaugurada la exposición Selma (1965-2018), de los fotógrafos norteamericanos Spider Martin (1939-2003) y Karen Graffeo junto al artista cubano del lente Julio Larramendi. Presentes en la apertura estuvieron el doctor Eduardo Torres Cuevas, director de esa institución contigua a la Plaza de la Revolución habanera; Gladys Collazo, presidenta del Consejo Nacional de Patrimonio; Norma Rodríguez Derivet, presidenta del Consejo Nacional de las Artes Plásticas; y Nelson Ramírez de Arellano Conde, director de la Fototeca de Cuba.
Vea también: Un Noviembre para la fotografía en Cuba
Selma es una pequeña ciudad del condado de Dallas, estado de Alabama. En 1965 se hizo célebre por ser centro de las jornadas conocidas como Marchas de Selma a Montgomery, protagonizadas por activistas de los derechos civiles en Estados Unidos, que llevaron a la aprobación en ese mismo año de la Ley de Derecho de Voto, la cual prohibió las prácticas discriminatorias en el sufragio de los afronorteamericanos. La primera de las marchas, realizada el 7 de marzo de 1965 y conocida como Domingo Sangriento por la muerte del activista James Reeb, levantó una ola de protestas y de actos de desobediencia civil que aún hoy, cada año, es recordada en esa localidad y en todo Estados Unidos por los movimientos progresistas de esa nación.
El doctor Torres Cuevas rememoró los años sesenta y la inmediata solidaridad que tuvieron dichos movimientos por parte del pueblo cubano y su Revolución. «Eran años de lucha, años difíciles, años en que se conquistaron, a veces a un costo humano muy grande, cosas que hoy disfrutamos y que nos parecen normales. Hubo una interrelación muy intensa entre diversos espacios sociales que hasta entonces no habían tenido una comunicación, que se unieron en contra de la guerra y en contra de la discriminación racial. Las imágenes de esta exposición me recordaron los profundos nexos solidarios de los revolucionarios cubanos con esos movimientos civiles norteamericanos».
En el catálogo de la muestra, Julio Larramendi expresa: «La marcha de Selma a Montgomery, el llamado Domingo Sangriento, marca un hito en esta historia. Desde hace cincuenta y tres años se celebra en recordación de aquellos hechos. Coincidiendo con el aniversario cincuenta del asesinato de Martin Luther King, tuvimos la intención de preparar una exposición que ilustrara tres visiones de esta marcha y su celebración anual en Selma».
Las fotografías de Spider Martin sobre estos sucesos marcaron época y fueron referencia para las posteriores reconstrucciones históricas. Es la primera oportunidad en que dichas instantáneas son mostradas al pueblo cubano, y ello hay que debérselo a la generosidad de la señora Tracy Martin y al congresista John Lewis. Tracy es la hija de Spider Martin y ha ofrecido los derechos para que las fotos puedan viajar a Cuba. Lewis marchó al lado del doctor Martin Luther King por el puente de Selma, y continúa haciéndolo cada año. «Su incansable labor —cito— en favor de los derechos humanos y su inspiradora vida son un mensaje y regalo de ética y coraje para la humanidad».
Karen Graffeo contó que los negativos de las fotografías tomadas por Spider Martin fueron robados y escondidos por el Ku Klux Klan. «Sin embargo, una mujer afroamericana que trabajaba como custodio en las oficinas de un periódico vio cómo las escondían, y gracias a ello pudieron ser recuperados. La historia no puede ser robada. El conocimiento de lo sucedido en la provinciana Selma está aquí, para inspirarnos a todos nosotros, los que queremos trabajar juntos para demostrar que un mundo mejor es posible».
Al hablarle a los presentes en la inauguración de Selma (1965-2018), Larramendi —que recientemente inauguró en el Palacio de Lombillo de La Habana Vieja la muestra personal Ciudades patrimoniales cubanas— explicó que la exposición se fraguó hace tres años, cuando comenzó a dar clases en Alabama. «Allí tuve contacto con las minorías negras, con la pobreza, con ese sentimiento de inferioridad que todavía hoy se vive allí. Karen y yo somos profesores de Fotografía en dos universidades diferentes, y nos propusimos llevar a nuestros alumnos a que vivieran la experiencia de estas marchas en el puente de Selma. La idea siempre fue mostrar tres visiones sobre un mismo hecho: la del fotógrafo Martin, que estuvo allí en 1965, la nuestra y la de los estudiantes. Esa es la esencia de esta exposición».
Le puede interesar: