La orquesta Juan Formell y Los Van Van es también merecidamente Premio Excelencias Cuba, y no podría ser de otra manera ya que es la formación cubana que durante más años ha permanecido en la preferencia del público, no solo nacional y no solo bailador.
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Porque más allá del monumental disfrute que es bailar con Van Van, su vasto repertorio tiene la cualidad indiscutible de que sus letras, dicharacheras, refraneras, a veces callejeras, costumbristas, llenas de humor, ingenio, picardía y hasta suave doble sentido, se escuchan con mucho placer, provocan rápido la sonrisa, pero, aunque parezca una paradoja, también pueden hacer pensar un poco, si no, recordemos, frases como «que La Habana no aguanta más», y «la Titi manía», « artesano del espacio, arquitecto natural», que además no pierden vigencia.
A propósito, ese gran estudioso y conocedor de lo cubano que fue Juan Formell, explicaba:
«Para mí lo primero es la historia que voy a contar. Sí, no puedo hacer nada hasta que no tenga esa historia, que he recogido de algún lugar. Yo no me he desvinculado jamás de la vida de la población, no por nada, sino porque me gusta convivir con la gente, hacer una cola, oír conversaciones. La cola del pan es ideal para eso: ahí tú oyes cada cosa... Y es que el cubano tiene la virtud de que a veces resume una cosa muy importante con una sola frase. Y a partir de una frase a veces yo construyo una historia».
Es que desde que Juan Formell, (La Habana, 2 de agosto de 1942 – primero de mayo de 2014), fundó esta orquesta el 4 de diciembre de 1969, Día de Santa Bárbara en el Santoral Católico, es decir de Changó, nunca esta agrupación ha dejado de ser una especie de aguda cronista de la realidad cubana.
Musicalmente, hablar de Formell y Los Van Van, son palabras mayores; desde antes de fundar la orquesta ya su director sabía que iba en busca de innovaciones, tales como el empleo del bajo eléctrico, organeta, guitarra eléctrica, sustitución de la flauta de cinco llaves por la de sistema, trabajo vocal a partir del montaje de voces como en los cuartetos, así como un tratamiento orquestal diferente.
Todo esto lo puso en práctica, y las células rítmicas básicas experimentaron una gran transformación, en la que un rol cardinal lo jugó José Luis Quintana (Changuito) al modificar los acentos del toque de la percusión y establecer una ampliación del set percutivo.
Formell no abandonó el son, la raíz, como tanto reconociera, pero lo abordó con elementos del rock, del jazz, y de la música Yoruba, para dar lugar a lo que se conoció como «songo», y que durante la década del 70 del siglo pasado inundó el universo musical de la isla antillana con un timbre y una sonoridad que se convirtieron en el sello Van Van, y que hasta los más neófitos pueden comprobar porque nadie puede dejar de identificar a la orquesta, al escucharla, a veces desde los primeros acordes, porque el timbre de Los Van Van es inconfundible.
Con este impulso renovador, orquestaciones contemporáneas y una reconocida limpieza de la ejecución, Formell revolucionó el ambiente musical de la mayor de las Antillas, y a la par evidenció la perenne vitalidad del son cubano.
Sumado a estos valores, habrá que aplaudir siempre la destreza de Juan Formell para seleccionar las voces de su orquesta; por Los Van Van han pasado vocalistas que nacieron para cantar son, y cantarlo de verdad: Miguel Ángel Rasalps (El Lele), Pedrito Calvo, Angelito Bonne, Yeni Valdés, Mayito Rivera, y en este sentido se convirtió Van Van en una escuela superior, tanto como formadora de buenos cantantes como de instrumentistas de éxito, como el pianista Cucurucho Valdés, y muchos otros.
Con cerca de 30 fonogramas, este tren musical, ha roto sus propios records de venta con cada álbum, alcanzando discos de oro y platino, siendo reconocido en varias ediciones de los Grammy Latino.
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En el 2000 lo obtuvo en la categoría Mejor Álbum Salsa, con su disco Llegó Van Van / Van Van is here. En 2012 resultó nominado el fonograma La Maquinaria, mientras que al año siguiente la Academia Latina de Grabación decidió reconocer con el Premio Especial a la Excelencia Musical 2013 a Juan Formell.
El disco La fantasía, homenaje a Juan Formell fue nominado en la categoría de mejor disco tropical, y en 2019 Legado en el apartado Mejor Álbum Tropical.
La orquesta conquistó en el año 2008 el Premio Mundial Especial de la Música otorgado por el jurado de la World Entertaiment Organization (WEO), y en 2013, Juan Formell y los Van Van, recibió el «Premio WOMEX al Artista 2013, que se otorga a figuras relevantes de la música internacional como reconocimiento a la excelencia musical, la importancia social, el éxito comercial, el impacto político y la trayectoria.
Considerados por la crítica internacional como «Los Rolling Stones o Los Beatles de la salsa», y como «El Tren de la música cubana», o, «la maquinaria musical de Cuba», en su país, Van Van tiene un grupo enorme de seguidores y admiradores en la isla, donde la inmensa mayoría de la población de todas las edades es «vanvanera», pero también en todos los continentes, porque nunca han dejado de ser grandes embajadores de la muisca cubana.
Y lo mejor de toda esta historia, es que Van Van sigue siendo Van Van; Formell supo preparar el futuro, un mérito más de su larga lista; la orquesta bajo la batuta de su hijo Samuel, y con la voz de su hija Vanessa, sigue caminando el sendero que marcó, paradigma de excelencia en el arte y la cubanía.
En portada: Francisco Formell, representante de Van Van recibe el Premio Excelencias Cuba de manos de José Carlos y Verónica de Santiago, del Grupo Excelencias.
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