El multipremiado paisajista cubano Humberto Ramos Hernández, un ferviente admirador de la labor que realizan los bartenders, dedicó su pintura El Aljibe al centenario del Club de Cantineros de la República de Cuba.
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En declaraciones al Grupo Excelencias, Ramos Hernández explicó que la obra pictórica recrea el exquisito coctel Presidente, creado por el cantinero de origen catalán Constantino Ribalaigua Vert, y elaborado a base de ron, azúcar, limón, marrasquino (licor de cerezas dulces) y hielo.
La pieza, un óleo sobre cartulina de 51 x 34 centímetros de tamaño, muestra en toda su esencia esa bebida de manera clásica, dígase en estilo realista, y que fuera ideada por Constante, como también se conoce a ese barman que luego convirtió al restaurante-bar Floridita en la catedral de la coctelería cubana y según las palabras del escritor norteamericano Ernest Hemingway, confirmó.
De acuerdo con Ramos Hernández, decidió ofrendar la pintura a los cantineros del patio a fin de reconocer el esfuerzo y la dedicación con la que laboran tras la barra hasta altas horas de la madrugada para complacer a los clientes que acuden a disfrutar del tiempo libre en restaurantes, bares y clubes.
Al igual que los artistas, los bartenders también son seres muy consagrados que no escatiman tiempo alguno para refrendar toda su pasión por la labor que realizan en aras de brindar un servicio de calidad que no se paga con nada en la vida, significó el creador.
“El cantinero cubano es un verdadero artista que también crea una obra artística; el coctel, cuya preparación está considerada como un arte que tiene hoy tanta demanda en el mundo y un producto tan consumido”, resaltó el emocionado el especialista.
En ese sentido, también subrayó Ramos Hernández que, en la actualidad, la mixología o la habilidad para mezclar líquidos e ingredientes de manera innovadora, está considerada el arte y la ciencia de combinar bebidas alcohólicas y no alcohólicas para crear cocteles excepcionales.
Nacido en la provincia de Camagüey, en 1951, Ramos Hernández, quien también ha incursionado en la fotografía subacuática, por la cual siente delirio y pasión desde muy joven, cuenta con un amplio historial que abarcan temas y estilos diferentes que recrean además la vida social y cultural de la Isla antillana.
Graduado de Pintura en la Escuela Taller de Artes Plásticas del Consejo Nacional de Cultura en 1972, ha participado en presentaciones en diferentes ministerios, museos, hoteles, casas de habanos u otros establecimientos culturales del país, así como en festivales, eventos y foros nacionales e internacionales.
Sus piezas, en las cuales emplea además los estilos naif, abstracto, impresionista, expresionista, pop art y surrealista, privilegian principalmente el mar, los paisajes cubanos, la palma real, las ciudades y el rostro y de diferentes personalidades, reflejan el mundo interior de un ser que siente pasión por lo que sabe hacer con verdadera maestría.
Centenares de obras de su autoría forman parte de instituciones y colecciones estatales y privadas de Cuba y naciones como Estados Unidos, España, Francia, México, Italia, Reino Unido, Portugal, Suecia y Rusia, entre otros, y muchas han sido subastadas en galerías de Dallas, Texas; Nueva York, Paris, Londres y Ginebra.
Según Ramos Hernández, El Aljibe formó parte de la exposición dedicada a los cantineros cubanos “Honra honra”, mostrada en el Salón 1930 del Hotel Nacionales, curada por Víctor Manuel Quijano Castiñeiras, a quien considera un gran amigo y conformada por más de una decena de piezas de otros artistas del patio.
La pintura, aseguró el paisajista, integra el libro del curador Quijano Castiñeiras “El color de los sabores”, y está compuesta por cuadros de unos 30 artistas visuales de la ínsula caribeña.
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