“Paisajes de luz” propone una inmersión por paisajes que nos invitan a contemplar y salvaguardar la naturaleza.
La siempre emocionante relación que se establece entre naturaleza y tecnología es el hilo conductor de “Paisajes de luz”. Esta, la primera gran exposición individual del artista francés Joanie Lemercier, se presenta en el Espacio Fundación Telefónica hasta el 25 de julio de 2021.
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En “Paisajes de luz” el artista sumerge al espectador en un recorrido por distintos paisajes que le transportan desde la contemplación de depuradas líneas abstractas y la fascinación provocada por majestuosas montañas generadas por ordenador a la inquietante realidad de una naturaleza sobreexplotada.
Pionero en el uso artístico del videomapping y cofundador del colectivo AntiVJ en 2008, Lemercier (Rennes, 1982) establece su propio estudio en 2009, primero en Nueva York y, desde 2015 con sede en Bruselas, para centrarse en la creación de piezas que utilizan la luz proyectada y así generar experiencias que alteran la percepción visual.
A través de la programación informática y la manipulación de dispositivos, Lemercier consigue convertir los proyectores en una fuente de luz capaz de transformar la apariencia de las cosas y hacernos cuestionar la concepción de la realidad. «La luz como medio, el espacio como lienzo» es la premisa sobre la que se asienta el cuerpo de trabajo de este período.
Esta exposición, comisariada por Juliette Bibasse, aborda la importancia de la naturaleza en la trayectoria vital y artística de Lemercier y plantea una reflexión sobre la representación del medio natural a través de la tecnología.
La primera parte de la muestra reúne distintas tipologías de paisaje que hacen aflorar una paradoja: el intento de captar la espectacular belleza de la naturaleza, que no ha sido tomada por el ser humano, empleando herramientas digitales.
Se trata, en primer lugar, de vistas geométricas que revelan juegos de espacios, sombras y volúmenes desconcertantes para la mirada. Es el caso de la obra Edges (Aristas), que introduce elementos de expresión clave en la primera etapa de Lemercier: rejillas, geometrías y líneas, mediante las cuales el artista explora un paisaje tecnológico.
En esta primera parte, el artista muestra también paisajes inspirados en lugares naturales, leyendas ancestrales o experiencias personales, pero también geografías imaginarias nacidas de la colaboración entre el ser humano y la máquina.
En Montagne, cent quatorze mille polygones (Montaña, ciento catorce mil polígonos), un valle rodeado por montañas creado a partir de una retícula distorsionada por un algoritmo pone de manifiesto la difusa línea entre lo que consideramos real y la simulación generada mediante funciones matemáticas.
En su serie de los volcanes, las instalaciones Eyjafjallajökull y Fuji revelan la inconmensurable grandeza de la naturaleza frente al ser humano. La primera de las piezas está inspirada en el famoso volcán islandés que causó enormes estragos en el tráfico aéreo del norte y oeste de Europa en la primavera de 2010. La obra, una topografía reticular dibujada directamente sobre dos paredes perpendiculares, transporta al espectador al escenario de la fuerte explosión que llevó a uno de los mayores volcanes de Islandia a producir una inmensa nube de cenizas.
La segunda instalación dedicada a los volcanes está compuesta por otro paisaje a gran escala dibujado a mano que representa el monte Fuji aumentado por una capa de luz proyectada. Se trata de una proyección que juega sobre el dibujo para recrear una versión abstracta, hecha a base de luz, de El cuento del cortador de bambú, una antigua leyenda japonesa del siglo X.
De su deseo por mostrar la colaboración entre el ser humano y la máquina en el proceso creativo, surge Paysages Possibles (Paisajes posibles). En un principio, Lemercier emplea únicamente un bolígrafo sobre papel para llevar a cabo sus dibujos, pero inspirado por la pionera del arte digital Vera Molnar, comienza a utilizar el plóter, que le permite obtener imágenes de mayor tamaño a partir de líneas continuas.
Con Paysages Possibles (Paisajes posibles), el plóter actúa como extensión de la mano del artista mediante el uso de un software que va progresivamente dibujando un particular universo de montañas. Con el paso de las horas, los dibujos finalizados se cuelgan en las paredes, mostrando así las pruebas y errores surgidos de los fallos del propio software, que forman parte del proceso creativo de la obra.
En contraste con la fascinación generada por los entornos «fabricados» digitalmente, la segunda parte de la exposición descubre la realidad de una naturaleza repleta de cicatrices causadas por la sobreexplotación humana. A través de colosales imágenes captadas con dron, Lemercier abandona la ficción para enfrentarnos a la sobrecogedora urgencia de salvaguardar nuestro entorno.
Ejemplo de ello es The Hambach Forest and the Technological Sublime (El bosque de Hambach y lo Sublime Tecnológico), una instalación en la que el artista francés muestra la deforestación de uno de los bosques más antiguos de Europa, a 200 kilómetros de Bruselas, donde se ha establecido la mayor mina de carbón del continente.
El bosque de Hambach se ha convertido así en objetivo de la lucha contra el cambio climático y de la preservación de la biodiversidad. Con esta pieza, Lemercier inicia una nueva etapa creativa en la que su práctica artística busca impulsar una reflexión sobre la sostenibilidad y promover acciones positivas contra el cambio climático.
La muestra concluye con Desirable Futures (Futuros deseables), un espacio de meditación y contemplación donde el artista invita a los visitantes a reflexionar sobre el presente, a reactivar nuestra capacidad de ver el mundo y a comprometernos con él, imaginando y construyendo nuevas realidades.
Las obras de Joanie Lemercier se han presentado en el China Museum of Digital Art de Pekín (China), Art Basel Miami (Estados Unidos), Tokyo City View (Japón), el Roundhouse de Londres (Reino Unido), Sónar Festival (España), así como en Barneys New York o el festival de cine de Sundance (Estados Unidos), entre otros lugares.
La exposición va acompañada de un programa de actividades culturales gratuitas para todo tipo de públicos. El próximo 23 de febrero tendrá lugar, en el marco del Madrid Design Festival, una mesa redonda sobre arte y diseño digital vinculada a la exposición.
Además, a lo largo de la muestra, el usuario podrá consultar en la web diversos contenidos digitales que ayudan a comprender y ampliar el contenido: la audioguía, audiovisuales, infografías, fotogalerías con la obra de Lemercier y material educativo complementario.
Durante el período expositivo, se realizará el taller para familias ‘Ilusiones Lumínicas’ (27 de febrero, 6,27 de marzo y 3, 24 de abril, 8 22 y 29 de mayo, 5,12, 19 y 26 de junio del 2021) para introducir a niños y niñas de entre 6 y 12 años en la técnica del videomapping y el programa en torno a la exposición para Público Escolar.
También a partir del 18 de febrero del 2021 están disponibles las Visitas comentadas para particulares (aforo 9 personas) con reserva en la web de Espacio: de martes a viernes a las 12:00 horas; los miércoles y viernes a las 17 horas y los domingos a las 10:30 horas. Y visitas concertadas para grupos con reserva en: actividades.espacio@undaciontelefonica.com
En portada: Joanie Lemercier. FUJI ©StudioJoanieLemercier