La Fundación Ankaria, en colaboración con la Colección del Museo Ruso de Málaga, organiza la exposición fotográfica “Intrinsic Journey”, del fotógrafo ruso Dmitry Lookianov (Krasnodar, Rusia, 1983). La muestra, que podrá ser contemplada hasta el 8 de septiembre, se concibe como una iniciativa enmarcada en el Festival PHotoEspaña, que por primera vez cuenta con una manifestación en la ciudad malagueña.
Dmitry Lookianov resultó elegido el pasado mes de marzo entre más de un centenar de fotógrafos rusos en el visionado de obras organizado por la Fundación Ankaria y PHotoEspaña en Moscú. Con esta actividad, que se repite año tras años en diferentes ciudades del mundo, las dos instituciones se proponen descubrir para España nuevos talentos de la fotografía.
Dmitry Lookianov es graduado en fotografía por la Escuela Rodchenko de Moscú y ganador de los premios "Silver Camera-2015" y del Premio Parmigiani Spirit. Además, ha participado en numerosas exposiciones colectivas y festivales en Rusia y en otros países. Su exposición individual "DKdance" se mostró como parte de la "Photobiennale" del X Moscow International en 2014, y en 2015 terminó de trabajar en el proyecto "Instant Tomorrow", que se ha exhibido numerosas veces en varias ciudades de Europa. En el mismo año, la editorial berlinesa Peperoni Books publicó un libro con el mismo título.
“Intrinsic Journey”, la exposición que ahora se exhibe en Málaga, pudo verse hasta el pasado mes de marzo, con enorme éxito de público, en el Multimedia Art Museum de Móscú (MAMM). Consta de 27 piezas que forman parte de una colección mucho más amplia, resultado del viaje de investigación que realizó el artista de 2012 hasta 2017 a casi cuarenta ciudades rusas.
El autor se refiere a esta experiencia como un "viaje psico-geográfico". “Todos los lugares, las vistas turísticas y las afueras de una ciudad de provincias, con edificios típicos, son elementos casi idénticos de la superficie de la tierra habitada”, asegura Lookianov. Sin embargo, en su lente, cada una de estas imágenes representa una búsqueda de la estética, a pesar de que este concepto resulta muchas veces inaplicable a las naturalezas que selecciona.
En un momento en que la fotografía se ha popularizado y está al alcance de todo el mundo mediante los teléfonos móviles y las cámaras digitales, Lookianov percibe que la gente tiende a ver lo extraordinario que sucede en el paisaje: los detalles, aquello que es bello, aterrador o llamativo en él, pero no el paisaje en sí mismo. “Los detalles han reemplazado a todo y eso ha hecho que se pierda la totalidad del paisaje; éste se ha vuelto invisible”, explica el fotógrafo, que en sus obras trata de captarlo en su conjunto.
En la óptica de Lookianov, el paisaje está vivo, y su interés como fotógrafo no radica en embellecer la vida. Él ve el en el paisaje lo que realmente es: su dimensión física, su forma, la combinación de detalles, el conflicto, el contraste, la incompatibilidad… Para él, el paisaje es una especie de tejido de la vida en el que emergen sensaciones de incomprensión y de misterio. Lo ordinario, lo cotidiano y lo cercano pueden volverse distante, exótico o raro, y lo que Dmitry hace es precisamente fotografiar estas rarezas invisibles. “Su obra resume la óptica y la poética de lo ordinario”, ha resaltado Vladimir Kagansky, investigador principal en el Instituto de Geografía de la Academia de Ciencias de Rusia.