La exposición Estados de ánimo, del artista ruso Igor Barkhatov, fue inaugurada en el segundo piso del Hotel Habana Libre Trip de la capital cubana, y estará abierta hasta el próximo 10 de enero de 2019.
La muestra deviene resumen de la trayectoria artística de un artista presto a cumplir su medio siglo de vida el próximo 1ro. de enero, y a concluir la misión diplomática que lo ha atado a Cuba en los últimos años. Nació cuando la Revolución Cubana cumplía sus primeros diez años de vida, y tal coincidencia lo llena de orgullo y es motivo adicional para, junto a las remembranzas de su niñez y juventud, expresar en sus obras aquellas que tienen que ver con la Isla.
«Barkhatov —así lo expresa el catálogo de Estados de ánimo— guarda cuidadosamente en la memoria la belleza de la naturaleza rusa. Viviendo en Cuba, Igor encontró un equilibrio único que permite unir dos culturas. Inspirado por las nuevas formas del arte cubano contemporáneo, pinta paisajes nativos en la técnica del realismo. Siguiendo las tradiciones de la escuela soviética clásica, el artista aporta a su trabajo los colores brillantes y la atmósfera de la Isla de la Libertad. Esta síntesis de dos emociones y dos tiempos, pasado y presente, conduce a experimentos con técnicas e imágenes».
En el año que concluye, Igor —quien posee diploma en arte en una academia rusa y ha expuesto en varios países de África— participó también en marzo en la exposición por el aniversario 60 del hotel Habana Libre, y en mayo formó parte, en el Memories Miramar, de la muestra Remembranzas, de pintores y fotógrafos rusos. Obras suyas se sumaron al proyecto Esperanza, que ambienta hoy las salas de Pediatría de los hospitales habaneros.
La revista Arte por Excelencias, presente en la inauguración de Estados de ánimo, tuvo a bien conversar con Igor Barkhatov.
Tu exposición cierra un año y abre otro…
Es un reporte de todo el tiempo que he vivido en Cuba. El próximo año he de regresar a Rusia. Los colores de la Isla me han inspirado a cambiar la paleta. Me voy, pero no me despido: quiero participar en una exposición que estará dedicada a los quinientos años de La Habana. Traeré en el otoño algunas pinturas, continuación de las que he realizado en esta ciudad, pero realizadas en Rusia a partir de las huellas que me dejan los paisajes y la gente de este país entrañable. A mi regreso plasmaré en el lienzo toda esa luz que me llevo en el corazón.
En los cuadros de tu etapa rusa predominan los colores fríos. ¿Te sientes a gusto ya con los colores del trópico?
Vivir aquí, con la impresión que provoca tanta luz, y la impresión también por la hermosura de la mujer cubana, que se funde con el paisaje como parte integral de él, deja en mí una impronta muy grande. Y claro que tiene que reflejarse en mis pinturas a través del colorido que ello conlleva.
¿Cuánto marca Cuba, como artista y como ser humano, a Igor Barkhatov?
La afectividad y amistad de los cubanos te envuelve dondequiera que vayas, y eso lo cambia a uno. El desenfado con que te tratan deja emociones muy fuertes, se establece siempre una comunicación muy fluida. La impresión que me llevo, y eso quedará plasmado en mis cuadros, es muy positiva, no puede ser de otra manera.
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