Arte por Excelencias se regocija con la aparición del cuaderno de poesía Armisticio, de la artista de la plástica Ileana Mulet, por el sello editorial Ediciones Unión, presentado en la Sala Rubén Martínez Villena de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) con la presencia de Alberto Marrero, presidente de su Sección de Escritores, Olga Marta Pérez Fernández, directora de Unión, y un nutrido grupo de intelectuales y amigos, entre los que se encontraban Jamila Medina, editora del volumen; Teresa Fornaris, quien fuera directora de la Casa de la Poesía; y el narrador Daniel Díaz Mantilla.
Cuando hablamos de regocijo, es porque la Mulet es de esas artistas que se han ganado por derecho propio un espacio en nuestra revista. No en balde la portada del número 48, dedicada al aniversario 500 de la fundación de la villa de San Cristóbal de La Habana, y que próximamente estará circulando en su edición impresa, es una obra de la artista, la misma de la que en una ocasión dijo el Maestro Harold Gramatges: «Mulet, llevada de la mano por ángeles y demonios, va encontrando imágenes soñadas que plasma en amplios espacios, donde burla dimensiones para agrupar, sobreponiéndolos, sólidas piedras, muros, calles, escaleras, torres, ventanales, arcos, campanarios y, a veces, figuras humanas y animales, abriendo espacios como si trajera a la tierra la dimensión infinita del cielo».
La poetisa de Armisticio, nacida en Holguín en 1952, cursó estudios en la Academia de Bellas Artes San Alejandro y es especialista de Diseño de Interiores para Turismo, Cafeterías y Restaurantes, y de Diseño de Vestuario de Televisión. Desde siempre ha cultivado en paralelo la poesía y las artes plásticas, y este volumen de ciento doce páginas es muestra de ello, por la profusión en cubierta y páginas interiores de ilustraciones de Ileana.
En las palabras de presentación, la también poeta Teresa Fornaris destacó que en el libro todos los sentidos se involucran: «Ciertas letras saltan de su tamaño común, engrana otra tipología apelando al momento visual, al instante de sumatorias de significados donde aparecen atajos —caminos— por los que se transita hacia las (di)deferencias de una forma particular de lenguaje, como si fuese un espacio para descubrir una figura en tres ejes que vas encontrando hasta encontrar tu medida. En lo más elemental está lo más profundo».
La Premio Nacional de Literatura Reina María Rodríguez nos dice en el prólogo: «Ileana Mulet, autora de otros libros como Poemas y pinturas, Amo la piedra, Quién golpea las puertas, ha demostrado esta vez con su Armisticio que no necesita pintar y sumarles textos a sus imágenes, o viceversa, como puede haberse interpretado de su propuesta inicial, sino que los propios poemas se han ido convirtiendo en pinturas, en piedras. Si algo quise de la poesía alguna vez fue, precisamente, convertir las imágenes en textos, lograr esa transparencia, su luminosidad y una forma de mirar para ver, y de ver para sentir, y pensar después acerca de lo que esos andamios de color con imaginación requieren para convertirse en conceptos. Aquí, en Armisticio, hay una prueba eficiente de la difícil posibilidad de juntarlos».