“ergo sum”, comisariada por Helena Juncosa resume el trabajo más reciente del artista mexicano Bosco Sodi y hasta el 6 de diciembre estará disponible en la institución cultural.
Veinte pinturas inéditas monocromáticas negras con texturas abundantes de grandes dimensiones y de diversas formas geométricas creadas durante este último año junto a un conjunto de doce esculturas de rocas doradas de diversos tamaños realizadas entre 2016 y 2017 conforman la muestra “ergo sum” que inaugura el Centro de Arte Contemporáneo de Málaga.
El título de la muestra hace referencia a una locución en latín "cogito ergo sum" que alude a un planteamiento del filósofo René Descartes que resume el proceso intelectual y filosófico que afirma que la única verdad es la razón.
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Lo más característico en el trabajo de Bosco Sodi reside en la importancia del color, la textura y los materiales empleados para la creación de sus pinturas o esculturas. Trabaja con materiales orgánicos e intenta cultivar en palabras del artista "la temporalidad, humildad, asimetría y la imperfección" para aproximar su obra a la naturaleza.
Los elementos que emplea se caracterizan por ser materiales naturales sin tratar como los pigmentos, el serrín, la madera, la pulpa, las fibras naturales o las resinas que Sodi emplea para la creación de sus pinturas de gran formato ricas en textura aunque su práctica ha evolucionado también al campo de la escultura donde trabaja con piedras volcánicas, cerámica, barro y oro.
Las pinturas de Sodi se distinguen por una textura única fruto de la inexistencia del uso del pincel u otras herramientas propias de un artista ya que sus pinturas son construidas directamente en el suelo haciendo referencia al Action Painting de Jackson Pollock.
El color negro ha sido sujeto de estudio por diversas personalidades como el trabajo The Metaphysical, Physical, and Technical History of the Two Worlds, the Major as well as the Minor de Fludd, la Teoría del color de Goethe o On Vision and Colors de Schopenhauer, entre otros. Para el artista «El negro no es solo un color de tantos, ni un elemento o un material de tantos. El negro lo baña todo en una ausencia, pone de manifiesto una opacidad, y disuelve todos los matices de sombra y luz.» Sodi plantea en sus pinturas el negro 3.0, conocido como el negro más puro que existe representando la nada, la total oscuridad o algo más allá de nuestra propia existencia.
Durante su proceso de creación, el artista recrea un caos controlado donde busca el accidente, lo inesperado ya que a medida que las capas de material se secan, van alterando la superficie o la apariencia de la obra debido a los factores externos alterando las estructuras que se forman sin la intervención del artista dando lugar a un terreno monocromático que se asemeja a la tierra quemada. Con esta técnica, el artista pretende conseguir a través del azar y la imperfección, la apariencia de una obra creada por la naturaleza y no por las manos del ser humano.
La práctica artística de Sodi explora las áreas en las que la naturaleza y la humanidad se combinan y buscan la belleza inherente a lo incontrolable. En su obra impera un elevado sentido de conexión con la tierra y de la inmediatez de la obra de arte. Como las materias primas varían de lugar a lugar, cada una de las piezas de Sodi están relacionadas de forma única al sitio en la que fueron creadas.
Sodi deja sus pinturas sin título con la intención de eliminar cualquier conexión más allá de la existencia inmediata de la obra donde a través de sus pinturas negras sitúa al espectador ante el abismo de lo desconocido invitando a cuestionarse aquellos conceptos o ideas que se pueden observar más allá de la superficie de la obra a modo de un trabajo de introspección.
La influencia de la tradición mexicana del artista Tamayo en relación con el caos y con la naturaleza se aprecia de forma clara en la obra de Sodi, además de artistas como Rothko, Dubuffet, De Kooning y expresionistas abstractos por su manejo del color y la forma de pintar o por el artista Tàpies y su búsqueda de la parte espiritual del espectador.
En los últimos años, Sodi se ha centrado más en la escultura y las tradiciones de su herencia mexicana. Sodi recolecta magma volcánico solidificado del volcán Ceboruco (México) para que sirvan de soporte en sus esculturas en rocas, las cubre con esmalte cerámico y metales preciosos. Las rocas se transforman en objetos escultóricos que unen los procesos geológicos con las técnicas tradicionales y contemporáneas de creación de arte.
Bosco Sodi, pintor y escultor nacido en Ciudad de México en 1970 reside en Nueva York y actualmente desarrolla su trabajo entre sus estudios de Nueva York y México. Entre sus exposiciones individuales destacan Heavens and the Earth, Blain Southern, Londres, Reino Unido (2019), Sedimentos, Axel Vervoordt Gallery, Antwerp, Bélgica (2018), Caryatides, Paul Kasmin Gallery, Nueva York, EE.UU (2017), Sahara, Carlos Tache Gallery, Barcelona, España (2016), Rhus Verniciflua, SCAI The Bathhouse, Tokyo, Japón (2015), En un lugar remoto, GE Galeria, Monterrey, México (2014), Graphien, Pace Gallery, Londres, Reino Unido (2013), Croatia, Institut Valencià d'Art Modern, Valencia, España (2013), Suspiro, Galería Álvaro Alcázar, Madrid, España (2013), Pangaea, The Bronx Museum, Nueva York, EE.UU (2010), Museo Internazionale Delle Arti Applicate Oggi (MIAAO), Turín, Italia (2007), Shatevin Art Gallery, Barcelona, España (2001), entre otras.
En el 2007 obtuvo el premio Artist in Residency Tokyo Wonder Site, Tokio, Japón.
Sus obras forman parte de diversas colecciones privadas de arte como 21st Century Museum of Contemporary Art, Kanazawa, Ishikawa, Japón, Colección JUMEX, México, The Scottish National Gallery of Art, Edimburgo, Escocia, Walker Art Center, Minnesota, EE.UU, The National Gallery of Victoria, Melbourne, Australia, Museum Dhondt Dhaenens, Sint-Martens-Latem, Bélgica o Museum der Bildenden Künste, Leipzig, Alemania, entre otras.