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El trío Iberia vuela alto en La Habana
14December
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El trío Iberia vuela alto en La Habana

Debut de la agrupación musical Iberia en Cuba 

El trío español Iberia debutará en concierto para el público cubano el sábado 15 a las tres de la tarde en el Hemiciclo de la Sala de Arte Universal del Museo Nacional de Bellas Artes, y volverá a actuar el martes 18 a las cuatro de la tarde en la Sociedad Catalana (Consulado y Refugios), según trascendió en conferencia de prensa realizada en el Instituto Cubano de la Música con el fin de presentar el fonograma Iberia, una producción del sello Picap recién lanzada este año.

El trío, compuesto por Indira Ferrer-Morató (soprano), Carlos Murias (castañuelas) y Manuel Ruiz (piano) está en Cuba por primera vez, invitado al Segundo Encuentro «Conocer la habanera», un evento con el propósito de «promover el significado patrimonial del género como uno de los exponentes universales de la música cubana», y que incluye conciertos y un evento teórico que analizará las condiciones sociales y culturales que favorecieron el surgimiento de una de las manifestaciones artísticas más importantes de la cultura de la Isla.

Iberia surgió en el año 2015. Su debut tuvo lugar en al Auditorio Municipal de Terrassa, de la comunidad autónoma de Cataluña, y desde entonces se ha presentado en importantes salas de concierto —la Academia de Bellas Artes Sabadell, el Museo Europeo de Arte Moderno, el Palacio de la Lonja de Mar de Barcelona, la Academia de Bellas Artes de Sant Jordi—, presentaciones todas que le han valido el favor del público y de la crítica, que no ha escatimado elogios al calificarlos como «una propuesta viva, nueva, divertida, fresca, que combina la voz lírica con el baile, el teatro y el sonido sugerente de las castañuelas».

Iberia, con producción de Antoni Mas, es una muestra fehaciente del repertorio que defiende la agrupación, con lo mejor de las raíces identitarias españolas y cubanas. Contiene diecisiete piezas de los autores Manuel de Falla, Federico García Lorca, Ernesto Lecuona, Georges Bizet, Jacinto Guerrero, Federico Moreno Torroba, Enrique Granados, Amadeu Vives, José Serrano y Juan Federico Edelmann.

«El disco —declaró Indira— está hecho con un cariño especial hacia los compositores españoles. No nos hemos limitado a ver la partitura e interpretarla, sino ir al fondo, tratarnos de imaginar qué es lo que quería el autor en determinados momentos y qué licencias nos podría permitir a nosotros ir más allá. Presentarlo en este hermano país es algo que teníamos que hacer». Del porqué de su predilección por ese género musical originado en Cuba en la primera mitad del siglo xix añadió: «Desde pequeña me interesé por el mundo de las habaneras, me las cantaban en la cuna cuando era muy niña. Soy española, catalana, de Calella de Parafrugell, un lugar con una gran tradición de habaneras. La interpretaban los trabajadores de la industria corchera y los marineros cuando regresaban de sus faenas; se reunían juntos en las tabernas para cantar habaneras de una manera muy básica a partir de lo que les llegaba desde Cuba y luego se fue transformando y transmitiendo de manera oral».

Indira Ferrer tuvo palabras de encomio hacia el pianista y pedagogo cubano Cecilio Tieles: «Ha sido mi mentor, gracias a él me he especializado en la interpretación de temas cubanos». Manuel agregó al respecto: «Tieles es fundamental para nosotros. Un buen día llegó al conservatorio donde yo estudiaba un cubano que revolucionó el estudio del piano y su exigencia. Estoy aquí gracias a él, por el apoyo y el empuje que tiene este hombre. Yo tuve en él no a un profesor, sino a un maestro».

Los periodistas presentes, Arte por Excelencias incluida, tuvimos la oportunidad de oír una muestra de los temas del trío que serán interpretados por estos días en La Habana. Muy curiosa la incorporación de las castañuelas al sonido del piano y a la limpia interpretación de Indira. De ellas habló Carlos Murias: «La castañuela es tan popular, que hay tantas castañuelas como culturas en el mundo. Era un instrumento de la cultura religiosa; en Egipto, en la tumba de Tutankamón se descubrieron unas castañuelas. En la antigüedad marcaban los pasos de las procesiones y las actividades más importantes, como los nacimientos, las bodas, las ceremonias fúnebres y la adoración a los dioses. Tomaron un gran auge en las cortes francesas: Luis XIV tocaba castañuelas, y sus hijos también. En el apartado de danzas de la corte hay un paréntesis bastante amplio de la percusión de las castañuelas, donde aparecen planchas recopiladas por la ilustración francesa con la partitura de música, seguidas de epigramas de las castañuelas y del dibujo coreográfico».

Manuel Ruiz se remontó a los días en que decidieron unirse para emprender un nuevo proyecto: «Nos conocíamos hace mucho tiempo. Decidimos caminar juntos y había que ofrecer un signo diferente. Añadimos la percusión a una serie de canciones que pasaban por clásicas. Hemos conseguido una criatura diferente, irrepetible, con un repertorio amplísimo. Había que ser atrevidos, y lo hemos conseguido. Veremos cómo se hace mayor esa criatura y va caminando sola».