El Aula Magna de la Universidad de San Gerónimo —Obispo y Mercaderes, La Habana Vieja— acogió el acto de investidura del narrador, periodista, ensayista y guionista de cine cubano Leonardo Padura Fuentes como miembro de número —letra U— de la Academia Cubana de la Lengua, que preside Rogelio Rodríguez Coronel y pertenece a la Asociación de Academias de la Lengua Española. Padura ya ostentaba esa condición para las Academias de la Lengua de Costa Rica, Panamá y Puerto Rico.
Este es otro reconocimiento a la amplia trayectoria de alguien para quien escribir —como revelara en exclusiva para Arte por Excelencias hace solo unos meses— es «un acto de soledad social… No se entiende, ¿verdad? Es fácil: necesitas de la soledad del estudio para escribir algo que se proyectará socialmente y que pretendes compartir con mucha gente, mientras más, mejor. El egoísmo tiene que ver con el tiempo, con la privacidad necesaria para concentrarte y dedicarte a la escritura, pero no con el pensamiento y los propósitos comunicativos de lo que escribes. Esa comunicación es mucho más importante para mí precisamente por ese espíritu de periodista que no me abandona. En mi caso, que además hago una literatura con evidente interés social, hay poco espacio para el egoísmo: pienso siempre en el contexto que me rodea, en comunicarme con él, en establecer relaciones con el lector potencial».
Leonardo Padura Fuentes (La Habana, 9 de octubre de 1955) es el escritor cubano vivo más reconocido por público y crítica. Suman decenas las ediciones de sus libros en todo el orbe, y son múltiples los premios, títulos y condecoraciones que se le han otorgado a lo largo de su ya larga carrera literaria. Bastaría mencionar solo una parte: Premio Princesa de Asturias de las Letras 2015 (España), Premio Nacional de Literatura 2012 (Cuba), Orden de las Letras y las Artes de Francia 2013, Premio Internacional de Novela Histórica Ciudad de Zaragoza 2014 (España), Premio Carbet del Caribe 2011, Premio Raymond Chandler 2009 y Premio Francesco Gelmi di Caporiaco 2010 (Italia).
La también Premio Nacional de Literatura Margarita Mateo, en sus palabras de bienvenida a Padura como miembro de la Academia Cubana de la Lengua, expresó que el homenajeado «no es campeón de salto alto ni tan siquiera pudo cumplir su sueño adolescente de ser pelotero y mucho menos cantante de un grupo de heavy metal a pesar de su reconocida capacidad de convocatoria, pero es sin duda alguna una de las figuras más sobresalientes e importantes de la cultura cubana actual».
En el discurso académico de agradecimiento, el miembro de número letra U desarrolló el tema «¿Para qué se escribe una novela?», que concentró la atención del numeroso auditorio por espacio de poco más de una hora, y que concluyó con la aseveración: «La existencia del para qué, relacionado con el conocimiento de la naturaleza humana, anima a demasiadas grandes obras como para no tener en cuenta esa obsesiva pregunta. La razón para la que se escribe nos conduce a hurgar en el misterio de que si bien la vida es una derrota y no nos queda otra alternativa que tratar de comprenderla, también es esencial saber que en la comprensión a través de la literatura existe una proyección social hacia afuera del escritor que no solo es forma de testimoniar, sino también de revelarse contra la perversión, la barbarie, el dolor, y de compartir ese testimonio y esa rebelión con unos seres increíblemente cercanos que son los lectores. Al fin y al cabo, no solo por mí, sino también por ellos, los presuntos lectores, siempre me pregunto para qué voy a escribir una novela. Y si a un novelista le falta esta pregunta, aunque sea en el fondo de su conciencia, su literatura pagará las consecuencias».
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