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Reunión de almas clausura el Jazz Plaza 2015
21December

Reunión de almas clausura el Jazz Plaza 2015

Por: Jorge Fernández Era

Bobby Carcassés, Premio Nacional de la Música 2015, presentó en el teatro Mella de La Habana, en la clausura del 31 Festival Internacional Jazz Plaza, el proyecto Maestros Cubanos del Jazz, que convirtió la noche del domingo 20 de diciembre, al decir del pianista Roberto Fonseca, en una «reunión de almas». Ninguna definición mejor para honrar una velada donde el público fue cómplice del talento de varias generaciones de representantes de lo que más vale de nuestra música.

 

Uno solo de esos nombres: Omara Portuondo, la diva del Buena Vista Social Club, bastó para convocar a cientos de asistentes llegados desde Norteamérica y otras partes del mundo, y otros tantos cubanos que no querían perderse la ocasión, quienes abarrotaron la platea del escenario capitalino para disfrutar de la presencia de la también llamada Novia del Filin, una artista que en sus ochenta y cinco años recién cumplidos acumula, entre otros méritos, el haber pertenecido al mítico cuarteto Las D’Aida, y la obtención en el año 2009 del Premio Grammy Latino en la categoría Mejor Álbum Tropical Contemporáneo por su disco Gracias.

 

Al swing que pidió Bobby para su jam session dominical se unieron sus propias improvisaciones —esas que lo reconocen como uno de los indiscutibles paladines del scat cubano— y la presencia de Jorge Reyes (bajo), Jorge Aragón, Roberto Fonseca y José Portillo (piano), Pancho Terry (chequeré), Juan Carlos Rojas El Peje (percusión), César López, Carlos Alejandro y Jesús Ricardo Cruz (saxofón), Mari Paz y Degnis (tumbadoras) y los colombianos Justo Almari (saxofón) y el dúo Criya Band.

 

Otro momento especial de la noche fue la fusión entre el Maestro Bobby Carcassés y el baile flamenco de la Compañía de Irene Rodríguez, ganadora del Premio Iberoamericano de Coreografía que otorga la Sociedad General de Autores y Editores de España (SGAE). Ambos demostraron que al jazz no le queda chiquito ningún género, y que la danza puede aportar también a una reunión de almas como la que clausuró un festival que promete abrirse aún más al mundo tras el acercamiento propiciado en los últimos doce meses entre los pueblos de Cuba y los Estados Unidos.