Por: Lino Betancourt
Noviembre es un mes muy significativo para La Habana. Según los historiadores, en este mes, el día 16 se fundó lo que sería muchos años después “La Capital de todos los cubanos”.
Primero San Cristóbal de La Habana, después solo La Habana, que ha despertado —y aún despierta— la admiración de sus vecinos y visitantes.
Ni México, ni Roma o Venecia, ciudades que han inspirado muchas veces a poetas y compositores, tienen tantas canciones como La Habana. Nadie se ha mostrado indiferente ante su belleza.
La Habana es ciudad de añoranzas, de encuentros y reencuentros, de la nostalgia que aflora en la contemplación del mar en las puestas de sol junto al malecón, que es algo así como la puerta que une a la ciudad con el Atlántico.
Conocí a un visitante español que dejaba todo lo que tenía que hacer para ir a sentarse en el malecón por las tardes. “Si fuera poeta o músico le compusiera una canción a La Habana desde aquí”, me confesó un día.
Pero es que suman decenas los poetas y trovadores, músicos en general que se han inspirado en La Habana para componerle hermosas canciones que son verdaderas poesías con música.
¿Quién no recuerda a Los Zafiros cantando la hermosa canción de Rolando Vergara Hermosa Habana?
Habana, hermosa Habana
Lindo es tu prado, lindas son tus calles
Bello es tu mar
Habana, a ti llega mi canto,
Como gemir de violines
Que solo tocan para ti
Buscando canciones dedicadas o inspiradas en La Habana encontré más de cien títulos.
Todas esas canciones para cantarle a La Habana han sido inspiradas en esta ciudad.
Sin embargo, mucho se ha discutido y escrito por historiadores y periodistas acerca del año y lugar donde se fundó La Habana.
Pero lo más probable es que se fundara en los alrededores de la actual Plaza de Armas, donde el gobernador Francisco Cajigal de La Vega ordenó erigir en 1754 una columna de tres caras que ostentaba en lo alto una virgen del Pilar.
En 1828 el capitán general Francisco Dionisio Vives mandó construir en aquel lugar un templete conmemorativo al sitio donde —según se dice— se fundó La Habana. La ceiba que adorna el lugar también ha sido objeto de dudas.
Pero la tradición popular es concluyente de que fue allí donde se fundó la primitiva villa y hasta allá acudimos habaneros y visitantes para, a la medianoche del 15 de noviembre, recordar aquel acontecimiento histórico y darle tres vueltas a la ceiba para que nos conceda un deseo.
Lo innegablemente cierto es el misterio que rodea a La Habana para despertar tantas emociones traducidas en poemas y canciones.
Quizás la razón nos la dé el compositor Armando Oréfiche, que recorrió el mundo ausente de La Habana durante muchos años, y que al recordar la ciudad donde nació compuso Habana de mi amor.
Cuando de tu amor yo me alejé
Y tu dulce brisa ya no sentí
Con amor recordé
Lo que al dejarte perdí
Habana de mi amor
Jamás olvidaré lo que eres para mí.
Esa es una canción que despierta la nostalgia, la misma sensación de los que han conocido esa bella ciudad y se encuentran lejos. La Habana es ciudad de añoranzas, pero nunca de olvido.
El trovador santiaguero Sindo Garay le dedicó a La Habana dos de sus canciones: Habana querida y Por tus calles Habana. Mientras que el guantanamero Elio Revé, atacado por la nostalgia, le compuso un changui titulado De Guantánamo a La Habana; y otro trovador, Ireno García, creó Andar La Habana. El conocido compositor Francisco Escorcia contemplando un amanecer habanero cantó Amanecer en La Habana; mientras que el trovador habanero Graciano Gómez compuso la guajira-son Habanera ven, y Rafael Ortiz se inspiró para componer esa hermosa página titulada Dulce habanera; mientras que el joven trovador Carlos Varela compuso Habáname. ¿Y quién no ha escuchado con placer ese guaguancó de Gerardo Alfonso titulado Sábanas blancas, que es algo así como un fresco folclórico de la capital?
Y otra canción que recordamos siempre es Habana, noche cubana, en la cálida voz de su autor Cesar Portillo de la Luz.
En fin, suman cientos las obras musicales inspiradas en La Habana, desde canciones, boleros, guajiras, danzones, rumbas, sones, claves, guaguancós y hasta discutibles reggaetones. Difícilmente un poeta o compositor no se conmueva ante el encanto de esta ciudad.
Es posible que la compositora Tania Castellanos nos diga en su canción el por qué La Habana despierta tantas emociones.
Que hermosa es mi Habana al caer el sol
Bordeando la costa hacia el malecón
Camino del túnel en la música del mar
Y su melancolía me quiere llenar
Seguramente a la medianoche del 15 de noviembre, mientras le demos las tres vueltas a la ceiba, recordaremos algunas de las canciones dedicadas a La Habana, hermosa ciudad de nuestros recuerdos amorosos.
FUENTES CONSULTADAS:
—Roy de Leushering, Emilio: La Habana. Apuntes históricos. Tomo I. Editorial del Consejo Nacional de Cultura, 1963.
Fuente: Cubarte