Por Martha Sánchez Martínez
La Habana.- Músicos cubanos y estadounidenses exhibieron la genialidad de Beethoven en el concierto inaugural de la XIX Feria Internacional Cubadisco, dedicada al trabajo coral y sinfónico.
El acople entre la Orquesta Sinfónica de Minnesota, Estados Unidos, el pianista cubano Frank Fernández y los coros Nacional y Vocal Leo deberá incluirse entre los hitos artísticos del año.
Fernández entabló la víspera un diálogo perfecto con la orquesta norteamericana, una especie de plática con preguntas y respuestas y un final efusivo de abrazo.
La dosis de emoción que debe infundir el pianista al principio contagió a los músicos y al abarrotado auditorio del Teatro Nacional.
No hay dudas de su dominio, de su gran corazón volcado en cada pieza porque para Fernández un mínimo instante en el piano es más que especial, espiritual.
Si la sordera de Beethoven no estuviera científicamente probada, nadie en el siglo XXI creería que alguien de audición limitada pudiera componer aventuras sinfónicas como la obertura de Egmont y la romántica tercera Sinfonía, repleta de emociones controversiales como admiración, alegría, decepción, tristeza.
Las obras del alemán cuentan historias casi siempre dramáticas, pues padeció un montón de frustraciones, además de la auditiva, que para un músico de su talento debió haber sido psicológicamente devastador.
Una de las frustraciones fue la de bautizar la Sinfonía # 3 en Mi bemol mayor, Opus 55, como Eroica, para rendir homenaje a Napoleón Bonaparte, a quien consideró un gran héroe hasta que se declaró emperador, acto seguido Beethoven borró bruscamente la dedicatoria.
Este fue sólo uno de los muchos actos temperamentales del extraordinario compositor y la Orquesta Sinfónica de Minnesota supo recrear esas dos características identificadoras: temperamento y vocación de cronista expresada en lenguaje musical.
Un público emocionado agradeció durante varios minutos de pie las interpretaciones de la orquesta y el director finlandés Osmo Vanska, ganadores en 2014 del Premio Grammy en la categoría de Mejor Presentación Orquestal.
Para disfrutar a Beethoven hay que entenderlo y esta agrupación lo disfrutó de lo lindo.
Al final, los magníficos instrumentistas tuvieron la cortesía de regalar una polka finlandesa, fuera de programa, para culminar una noche de temporalidad fugaz, porque dos horas y media se esfumaron como por arte de magia.
Fuente: PL
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