Los fonogramas Eterno Formell y La Fantasía recibieron sendos premios especiales Cubadisco, feria comercial que homenajeó así al músico cubano Juan Formell a un año de su muerte.
Los discos, respectivos tributos de los sellos Bis Music y Egrem, recibieron el galardón extraordinario que antecede a la gran fiesta del ámbito discográfico en Cuba, donde aún lloran a Formell.
Su repentina muerte, el 1 de mayo de 2014, dejó a Cuba sin quizás el mayor relator musical de su cotidianeidad en los últimos 45 años, un cronista de pura cepa y sensibilidad única.
De hecho, el gran mérito histórico de Los Van Van, la orquesta que fundó en 1969, fue poner a bailar a su gran pueblo cantando historias que la prensa, si acaso, esbozaba tangencialmente.
La vasta discografía del llamado Tren de la Música Cubana incluye crónicas notablemente gráficas, estampas costumbristas, personajes y frases que forman parte del patrimonio cultural de este país.
En sus textos, la agrupación trató desde fenómenos migratorios (La Habana no Aguanta Más), hasta la pérdida de valores (Se muere de Sed la Tía) o la furia de las barbacoas (Artesanos del Espacio).
Detrás de todo estaba la visión y deseos de marcar una diferencia de Formell, hijo ilustre del folclórico barrio de Cayo Hueso, creador de ritmos como el changüí-shake y el songo, rey de la timba.
Desde el primer disco de Van Van sorprendió por su irreverencia conceptual: aquello sin dudas tenía aires de charanga, pero también sonidos del funk, el filin, el pop-rock y la balada.
En aquella primera producción se notó su capacidad para describir ambientes, poner el habla popular en función de su lírica y aportar, a su vez, algunas perlas a la poética urbana.