Stephen McKenna expone por tercera vez en la Galería Estampa: las dos primeras muestras celebradas en 1990 y 1992 nos permitieron conocer en España sus dibujos y acuarelas. La presente es una antológica imprescindible para aquellos coleccionistas interesados en el más importante pintor inglés clasicista.
McKenna adquirió fama internacional en los años 80: sus óleos reconstruyendo la antigüedad grecorromana causaron sensación entre la crítica (su aún recordada portada de la revista Artforum) y le proporcionaron individuales inolvidables en los principales museos de Europa y Estados Unidos. Recordando la cronología de estas citas artísticas referimos algunas claves de la evolución estética de nuestro autor:
Con su participación en la Documenta 7, en las exposiciones individuales en el Museo de Arte Moderno de Oxford en 1983, en el Stadtische Kunsthalle de Dusseldorf en 1986; en las míticas 'Espíritu Clásico' en el Museo de Arte Moderno de San Francisco, 'Cae la Sombra' en la Hayward Gallery de Londres en 1986 y en la célebre 'Avant Garde de los años 80' del Los Angeles County Museum of Modern Art en 1987, Stephen Mc Kenna hizo época, en el sentido de Bourdieu: sus cuadros de temática clásica reinterpretada, su modo de citar a Chirico, Bonnard o Dalí, sus composiciones de pintura dentro de la pintura, el uso arquitectónico del color y su apuesta inequívoca por la belleza como sentido del arte le valió el título de pionero del arte postmoderno. El tiempo demostró que McKenna es un amante de la belleza clásica por encima de etiquetas estilísticas.
Fue nominado para el Premio Turner en 1986, tras pintar durante dos años en Pompeya una impresionante serie de cuadros en los que el tema de la ruina habitada aparece plasmado del natural: la cita pictórica dentro del cuadro ya no se produce solo como un juego intelectual, sino como un ritual placentero y cotidiano. La galería Estampa nos ofrece al pintor que entiende la práctica del arte como un goce contagioso: cada cuadro es un deleite tranquilo y confortador, manjar de la buena vida.
Durante la década de los 90 las referencias pictóricas a la antigüedad clásica dieron paso a una exploración sofisticada del valor perdurable de los géneros consagrados de la naturaleza muerta, el interior, el paisaje y la marina. Los temas de pájaros de la presente muestra nos hablan de su maestría. La pintura de ciudades es una clave del arte de McKenna: instala su residencia en la urbe que convierte en su leif motiv y desde su estudio, a partir de las ventanas que contempla desde su caballete, se abre al paisaje urbano. La ciudad es luz, línea de horizonte y tradición cultural que nuestro autor retrata como una princesa tendida. Corot, Derain, Magritte aparecen como encuentros y no solo como referencias cultas; del mismo modo que Cezanne pretendía pintar como Poussin del natural, McKenna encuentra a Morandi desde su terraza de Villa Palomparo junto a Orvieto, a Corot en su residencia en el trastevere romano, a Derain en su castigion florentino, a Magritte en su villa de Terni en Umbria. Donegal, su residencia irlandesa, le enfrenta en el río Barrow al paisajista clásico Aelbert Cuyp y por sus cuadros bucólicos descubre en las tierras altas su personal visión de la Arcadia.
En 1997 comisarió la exposición En busca de la pintura en el Museo Irlandés de Arte Moderno. Su labor de curator nos revela su calado intelectual y su actitud irrenunciable ante la pintura, que define como un puente de oro entre el pasado y el futuro. McKenna se convierte en profeta en su tierra: sus obras forman parte de la colección de la Tate, el Consejo Británico, el Museo Imperial de la Guerra londinense y el Museo irlandés de Arte Moderno en Dublín. Su labor erudita en defensa del clasicismo estético le convierte en miembro de la Real Academia Hibernian irlandesa.
La presente exposición en la galería Estampa nos permite acceder a obras de McKenna del mismo periodo a las que se encuentran en las colecciones de la Berlinische Galerie, del Museo de Bellas Artes de Bélgica en Bruselas o el Museo Fries de Leeuwarden en los Países Bajos, o las expuestas en la mítica exposición 'Sueños y tradiciones', en el Instituto Smithsonian, de Washington.
Stephen McKenna ha declarado que cuando pinta una manzana no solo plasma su redondez, la belleza intensa de su color rojo; también pinta la tentación de Adán y Eva, también retrata el Juicio de Paris: esta exposición nos ofrece la ocasión única de convivir con un auténtico pintor clásico.
GALERÍA ESTAMPA
Justiniano, 6. 28004 Madrid
(Del 7 de abril al 7 de mayo del 2015)