Por: Martha Sánchez
Una oferta cultural ineludible en La Habana hasta el 31 de marzo es Rent, la primera producción musical realizada en Cuba en colaboración con un equipo de Broadway, y estrenada por jóvenes artistas del país caribeño bajo la dirección de un equipo profesional estadounidense.
A veces la vida parece ficción, lo deja claro este maravilloso musical y hasta hace poco tiempo nadie imaginaba en la cartelera de un teatro cubano una puesta íntegra de Broadway, mucho menos interpretada por músicos y actores de la isla.
Ya esta idea abandonó la ficción para convertirse en una realidad de disfrute para los admiradores de ese género teatral. Cuba, una vez más, demostró estar abierta al intercambio sano y el aprendizaje necesario para un mayor desarrollo artístico.
La principal sala del Centro Cultural Bertolt Brecht parece ajustarse cabal a la escenografía de la obra ganadora del Pulitzer y cuatro premios Tony que llega a Cuba gracias a una colaboración entre el Consejo Nacional de las Artes Escénicas y Nederlander Worldwide Entertainmet.
Colaboración es la palabra clave para lograr muchas cosas y ha hecho posible esta puesta en Cuba, aseguró el presidente y gerente de la entidad artística estadounidense, Robert Nederlander.
El productor se mostró muy interesado en el impacto local y justificó la elección del pequeño escenario del Brecht por la cercanía que permite entre actores y públicos, a favor de la intimidad.
Como director artístico funciona Andy Señor, Jr, quien fuera uno de los protagonistas de Rent en el estreno en Broadway en 1996, y destacó que la pieza toca temas muy humanos y ofrece la oportunidad a un elenco de artistas jóvenes de probarse como actores, bailarines, y cantantes.
En esta obra no hay uno o dos actores principales, sino muchos protagonistas de personalidades diversas y con hondos problemas personales, de modo que se hace necesario un acople de coro, bien logrado en escenas como La Vie Boheme.
El argumento de Rent partió de la famosa ópera La boheme de Giacomo Puccini, pero el escritor norteamericano Jonathan Larson trasladó a sus personajes a un vecindario pobre de Nueva York, a fines de la década de 1980, e imprimió al guión las inquietudes propias de esa época.
Aquellos espectadores con una cultura de la sociedad y la música de ese tiempo, comprenderán mejor el valor de lo expuesto por la pieza estrenada en 1996, cuando era un tabú hablar de una muerte por SIDA, y de homosexuales y bisexuales.
De hecho, todavía para algunos sigue siendo un prejuicio y Rent rompe esquemas, defiende ante todo el amor sin barreras de género u otra, alaba la vida, la amistad, la comprensión, y expone la inseguridad social y económica del pedazo de Nueva York que casi nunca aparece en las películas.
Los personajes tratan de vivir sus deseos al máximo porque “no hay más que hoy, no hay más que aquí” y nadie tiene un centavo para pagar el alquiler, afuera es Noche Buena y un coro se encarga de aclarar: pero no aquí.
Merecen muchos aplausos las interpretaciones de Luis Alberto Aguirre como Ángel, Laritza Pulido en la piel de Joanne, Zammys Jimenez en Maureen, Reynier Morales en Collins, Joanna Gómez en Mimi, Arianna Delgado en la madre de Mark y Claudia Mulet en Alexi Darling, la madre de Roger y otros.
Las escenas de Joanne como el Tango Maureen, Vamos bien y O me aceptas o vete, esta última compartida con su pareja escénica Maureen, son de lo más logrado de la obra, al igual que el desdoblamiento de Ángel, un travesti enfermo de SIDA que no se cansa de repartir amor.
Rent estará en cartelera hasta fines de marzo de 2015, acompañada por una banda de pianistas, guitarristas, un bajista y un baterista, que aportan organicidad a la puesta.
Broadway llegó a Cuba con mensajes de respeto, tolerancia, cariño y retos para jóvenes artistas que crecieron sin muchos referentes de un musical, pues la manifestación lleva décadas deprimida aquí. Ojalá sea Rent un punto de despegue hacia lo contemporáneo y una puerta de regreso a la tradición.
Fuente: Caribbean News Digital