Por: Martha Sánchez
El prestigioso pianista Frank Fernández hizo historia otra vez al convertirse en el primer cubano en portar la Medalla Pushkin, una distinción otorgada expresamente por el presidente de Rusia, Vladímir Putin.
El vicepresidente del gobierno ruso Dmitry Rogozin entregó el pasado 19 de diciembre la distinción al creador de la escuela pianística cubana contemporánea, en acto celebrado en la embajada de Rusia en el país caribeño.
“Gracias por su aporte al acercamiento de nuestros pueblos y, no menos importante, de nuestra música”, dijo Rogozin al concertista graduado con título de oro en el Conservatorio Chaikovski de Moscú, en la década de 1970.
“Bien se sabe que para usted, maestro, Rusia, su gente, su lengua y su música son parte de su vida y de su alma, y claro está que los rusos le devolvemos el mismo amor y la misma admiración”, sostuvo Rogozin y explicó que el presidente Putin decidió otorgarle a Fernández la medalla que lleva el nombre del poeta nacional de Rusia a principios de este año, mientras en Cuba celebraban el 70 cumpleaños del artista.
“En Moscú, donde estudió, y en muchos otros lugares de nuestro inmenso país, lo recuerdan, lo quieren y siempre esperan cuando vuelva a tocar ante el público ruso”, afirmó.
Fernández consideró el gesto como un detalle tierno, confirmó el alto significado de Rusia en su corazón y aseguró que siempre apoyará a su cultura y gobierno.
Con más de 200 premios en el currículum, este músico tiene comprobado prestigio de versátil pues sus composiciones sobrepasan las 650 en diferentes formatos, desde ballets, coros, bandas sonoras para cine, radio, televisión, hasta trabajos para agrupaciones de música popular.
El laureado pianista aseguró que continuará trabajando porque la larga y fructífera amistad entre Rusia y Cuba se profundice y desarrolle cada vez más.
“Mi promesa no es fruto de un apasionamiento, ni de un agradecimiento a la contribución a mi desarrollo pianístico con los estudios en Moscú, ni por una medalla, sino por la convicción de que Rusia fue, es y será uno de los verdaderos y más cercanos amigos de mi país”, expresó.
“Al recibir un elogio de esta naturaleza lo único que me viene a la mente es el deber de estudiar más para no traicionar esa confianza y ese amor depositado en mí por más de un pueblo”, expuso el maestro y de inmediato recordó con gratitud a su madre, que murió sin haberlo visto tocar profesionalmente, y a su maestro ruso Víctor Merzhánov, quien le entregó todos sus secretos durante cinco años y medio de estudio en el Conservatorio Chaikovski de Moscú.
“Nadie se merece ningún premio solo, siempre detrás de un artista, de un logro, hay mucha gente, por eso en este momento vienen a mi mente mi maestro Merzhánov y la imagen de mi querida madre”, confesó.
Cuando Fernández estudiaba en Rusia, vivió en un edificio colmado de violinistas, chelistas, cantantes, pianistas y otros músicos del más alto nivel y –según cuenta- le acechó el temor de no poder llegar a esa altura. Pero culminó la carrera con título de oro y fue el pianista elegido para interpretar en Praga el afamado Concierto número uno de Chaikovski en la misma plaza donde lo estrenara el compositor cien años atrás.
Para cerrar el 2014, Frank compartirá un concierto con la Orquesta Sinfónica Nacional y la popular orquesta Aragón, el próximo 27 de diciembre, en la Plaza San Francisco de Asís, localizada en el centro histórico de La Habana.
Los artistas interpretarán un diverso repertorio de piezas cubanas y algunas obras de la autoría de Fernández, quien además disfrutará de la compañía de la soprano Bárbara Llanes para regalar al público canciones inolvidables.
Críticos de varios continentes elogian el virtuosismo del pianista que para algunos es “un ser tocado por la divinidad”, mientras otros resaltan su potencia en el piano y la mayoría coincide en catalogarlo como uno de los magistrales intérpretes de los momentos más sublimes de la música universal y por tanto, uno de los pianistas más grandes del mundo.
Fuente: Caribbean News Digital
