El Museo del Prado presenta la exposición 'Dánae, Venus y Adonis. Las primeras poesías de Tiziano para Felipe II', que muestra, por primera vez tras su restauración, las dos primeras “poesías” que el artista italiano -'Dánae' de la Colección Wellington, Apsley House, y 'Venus y Adonis' del Prado- pintó para el entonces príncipe Felipe, quien las recibió en 1553 y 1554, respectivamente.
Junto a ellas se puede apreciar otra de las versiones de Dánae, conservada en el Prado, que fue realizada por Tiziano hacia 1565 y emparejada a Venus y Adonis en las “bóvedas de Tiziano” en el Alcázar.
Con estas dos obras se inauguraba uno de los ciclos mitológicos más importantes e influyentes de la historia de la pintura occidental, que inspiró a artistas como Veronese o Rubens. La exposición presta especial importancia a su proceso creativo, que queda ilustrado mediante diversa documentación técnica.
En el trabajo de Tiziano se denomina “poesías” al conjunto de obras mitológicas que pintó para Felipe II entre 1553 y 1562. Estas son: Dánae, Perseo y Andrómeda, Venus y Adonis, Diana y Adonis, Diana y Calisto y El rapto de Europa. Probablemente fue el propio Felipe II quien encargó a Tiziano un conjunto de pinturas mitológicas, dándole libertad para elegir los temas y su plasmación pictórica.
Las “poesías” son pinturas ajenas a las interpretaciones simbólicas o moralizantes. El artista italiano hace su propia interpretación de los textos mitológicos, principalmente de la Metamorfosis de Ovidio. Explica Elisa Mora, restauradora del Museo del Prado, que Tiziano tiene “una técnica muy particular, muy libre y muy fresca. Es precursor del impresionismo y en él se fijan Velázquez, Goya…, todos los maestros posteriores”.
Restauración
Realizado por Mora con el apoyo de la Fundación Iberdrola, el proceso de restauración ha consistido en la limpieza de los barnices oxidados y en la eliminación de los repintes, “ha sido una restauración un poco laboriosa y complicada, sobre todo por la forma en la que estaban repintados en restauraciones anteriores, ya que antiguamente lo que se hacía era limpiar las zonas claras para que resaltaran más, y dejaban las zonas oscuras sin limpiar, con lo cual se iban acumulando barnices antiguos, de esta forma se descompensaba la composición, la luz y el color. El reto ha sido devolver al cuadro la idea que el pintor quiso expresar”, comenta la restauradora.
En Dánae no se podía reconocer la mano de Tiziano a causa de antiguas intervenciones, no muy acertadas, que habían alterado su planteamiento y ejecución. Por otro lado, el lienzo fue cortado en sus cuatro lados y fue reentelado en dos ocasiones. En algunas zonas había numerosos repintes que tapaban partes de la pintura original, y en otras se apreciaban abrasiones y pérdidas puntuales de pintura. Toda la superficie mostraba un aspecto apagado y mate debido a un antiguo barniz de cera.
Venus y Adonis fue ampliado, alterando estos añadidos la composición. Para recuperar el sentido del cuadro se ha ocultado la franja de tela añadida con la moldura del marco. De manera que su eje central coincide con la pierna que Adonis apoya en el suelo, dividiendo el espacio y la acción en dos miradas.
Fuente: Hoyesarte