La Galería Villa Manuela de la UNEAC inauguró ayer la muestra Submarino Hecho en Casa, del artista cubano Esterio Segura, invitado a la Oncena Bienal de La Habana.
Segura ofreció a los espectadores la posibilidad de estampar su firma en dibujos de híbridos entre autos clásicos y submarinos (modelos rusos o americanos de la Segunda Guerra Mundial), que cual esquemas constructivos de gran dimensión dominaban las paredes del espacio.
«Submarino Hecho en Casa parte de un interés que había sido esbozado de alguna manera en los proyectos Espacio ocupado por un sueño (2000) y No todo lo que vuela se come (2003)» –apunta Esterio en entrevista publicada en el catálogo de la exposición. «En ellos se anuncia lo que esta muestra magnifica y hace realidad: los conceptos asociados a la (in)comunicación, el viaje (virtual o real), la frustración de proyectos y anhelos personales»
«A partir de una historia de ficción, el proyecto crea una suerte de absurdo intencional. La historia consiste en el surgimiento de la isla llamada Cuba, en las mismas coordenadas geográficas, con la misma forma, la misma topografía, los mismos cocodrilos y manatíes, pero en estado virgen. Un grupo multidisciplinario –llamado Astilleros– conformado por un ingeniero naval, un mecánico y un artista será el artífice de la creación de submarinos por encargo, para efectuar el viaje de cada individuo que quiera conocerla.»
Un proyecto bien interesante que, como resulta ya habitual entre las propuestas de la Oncena Bienal, busca la interacción directa con el público, activando determinadas claves para la deconstrucción del arte contemporáneo.
Otro Submarino Hecho en Casa de Segura estará esta tarde en el malecón, como parte del proyecto Detrás del Muro, curado por Juan Delgado.
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