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HUGO CASTILLO: SI NO SOY ARTISTA, NO EXISTO
16June

HUGO CASTILLO: SI NO SOY ARTISTA, NO EXISTO

El primer contacto de Hugo Castillo (Puerto Píritu, Venezuela) con el arte, fue en la escuela: “Había un concurso de pintura, estaba en primer grado. Hice una acuarela, un paisaje con muchos animales y árboles… no gané ningún premio”. La pintura para Hugo Castillo es un medio para la vida, “siempre ha estado conmigo. Cuando estoy frente a un lienzo, todo fluye, ya hay un camino y la obra surge como magia”.

En su caso la inspiración viene del mar, franjas azules, algas, corales y elementos marinos, se conjugan con figuras humanas que en algunos casos cobran protagonismo, ¿cómo definirías su obra?
Qué compromiso… resulta difícil dar una respuesta clara a esa pregunta. El artista no habla de su obra, la obra habla por el artista. Es algo así como un surrealismo renovado, muy caribeño… adoro el mar… duermo con su canto, despierto de su mano.

¿Como ha evolucionado su obra desde el inicio al día de hoy?
Mi primera muestra fue una colectiva en el año 1991. Eran óleos sobre lienzo, paisajes tradicionales de mi pueblo, algunos imaginarios pero siempre estuvo presente algún detalle surrealista, con marcada influencia impresionista. Siempre he sido un adorador de la luz, del color. Transcurrieron apenas cuatro años, gracias a un accidente, una tinta derramada sobre una pantalla de papel, que traté de secar con una plancha… comencé a ver el arte de otra manera, un mundo infinito de posibilidades se plantaba ante mí. Un arduo proceso de investigación que no termina, cada día, cada obra abre nuevas posibilidades, las tintas son muy versátiles, traviesas y mágicas. Siempre tienen algo nuevo que contarme.

¿Qué es el color?
Es luz, alegría, felicidad… la forma escogida por Dios para decirnos que nos ama. Para el artista es expresión pura, la sangre que da vida a la obra.

Algún artista que haya influido en su visión del arte...
La luz en la oscuridad de Rembrandt, el mago de la luz; la osadía, la alegría, la ruptura, el movimiento de Pierre Renoir, la irreverencia de Salvador Dalí. Amo esa obra y el atrevimiento, originalidad de volúmenes, el irrespeto a las reglas de Fernando Botero.

¿Hay un estado ideal para pintar?
La pintura es mi mayor necesidad, el aire para respirar… estoy alegre y pinto, estoy triste, comienzo a pintar y toda tristeza desaparece, es mi mejor refugio.

¿Cómo se ve de aquí a unos años?
Pintando, pintando, pintando, pintando, pintando...

¿Alguna meta por lograr?
Ser reconocido en vida… ah, y compartir una exposición de arte con Fernando Botero.

Si volvieras a nacer… ¿volverías a ser artista?
Si no soy artista, no existo