Por Yordanis Ricardo Pupo / Fotos: @yricardo
Hasta el 23 de septiembre se puede visitar Intrusos, la cuarta exposición del ciclo La Colección del Centro José Guerrero vista por los artistas. En esta ocasión es Andrés Monteagudo (Granada, 1970) quien dialoga con las obras de Guerrero, en un intercambio pictórico que parte de la observación de los espacios marginales de la arquitectura.
El artista, convertido en un intruso, indaga en lo que sucede en estos espacios (grietas, agujeros, fisuras que se producen en los elementos estructurales y constructivos), que se van modificando con el tiempo, mientras traza un paralelismo con la estructura constructiva de las pinturas de Guerrero.
Ya desde la planta baja y durante casi todo el recorrido, te acompañan una serie de esculturas con apariencia de insectos humanos. Son troncos de madera de álamos (o chopos, como se les llama en Granada, donde son algo así como el “árbol nacional”), de los que salen piernas y brazos que les permiten reptar por suelos y techos, escaleras y pasillos.
Las extremidades son moldes del propio cuerpo del artista, que también usará su rostro para replicar fotográficamente (unas 12 veces y casi en modo Warhol) el autorretrato que se hizo José Guerrero en 1950. Pero eso será al final de este viaje, en la Sala Mirador desde la que se disfrutan los tejados de la Capilla donde reposan los Reyes Católicos y la torre campanario de la Catedral, donde Guerrero tuvo su estudio.
Antes, llegaremos a una sala con varios de sus cuadros, en los que Monteagudo ha hurgado, tomando múltiples fotografías con detalles de esas grietas de las que hablábamos antes. El resultado es un inmenso mosaico, formado por pequeñas fotos de 4 x 4 cm y colocado en una esquina de la pared.
En la segunda planta, parece que los intrusos somos nosotros. En algún rincón oculto un grupo de ¿criaturas? habla en susurros, que van disminuyendo al advertir nuestra presencia… solo cuando se silencian nos atrevemos a acercarnos al bosque de chopos que preside el espacio.
Esta vez los troncos tienen ojos, innumerables ojos colocados simétricamente… Nos sentimos observados… vuelve el murmullo y dejamos la sala apresuradamente; esto era justo lo que quería lograr Monteagudo con su instalación: que el espectador sea también un intruso, un observador de la obra artística, un actor más en la invasión de los espacios respectivos.
Con Intrusos, una vez más el Centro José Guerrero ha conseguido lo que se propuso al crear La Colección del Centro vista…, un ciclo por el que han pasado ya José Piñar (Detrás de la línea, por favor), Jesús Zurita (Raja y grieta) y Paloma Gámez (Dieciocho colores para un ensayo).
El Centro José Guerrero, de la Diputación de Granada, acoge la colección más importante que existe del pintor y grabador español (Granada, 1914-Barcelona, 1991). Conservarla, exhibirla e investigar sobre la obra (enmarcada en el expresionismo abstracto) de Guerrero son las tareas principales del museo, junto al fomento del arte y la cultura contemporáneos.
La entrada al Centro es gratuita, y todos los martes a las 19:00 horas (excepto festivos) se organizan visitas comentadas para el público en general. También cuenta con una tienda librería donde pueden adquirirse catálogos y libros de arte publicados por la Diputación de Granada, así como carteles y postales con la obra de Guerrero y de las exposiciones.