Se filma... perdón: se juega

Quien esto escribe confiesa que tiene mil reparos a la hora de decir sí o no al juego digital, sobre todo porque la mayoría de los que por ahí pululan son un compendio inagotable de estupidez y bajos instintos. Hay que ver cuánto tiempo emplean niños y jóvenes en pretender machucar la cabeza a enemigos inventados por dos o tres sesudos cuyo único fin es engordar bolsillos con dinero contante y sonante.

Hay otros, basados en los conocimientos que nos han legado y nos legan científicos, investigadores, historiadores y gente que aprovecha su tiempo en bien de la humanidad, que devienen complemento de los procesos cognitivos ligados al individuo desde que abre los ojos hasta que los cierra definitivamente.

Uno de estos últimos acaba de ser presentado en la edición cuarenta del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano y lleva por nombre ¡Cine en Cuba! (editor que soy, hubiera prescindido de los dos signos de exclamación), una producción de los Estudios de Animación del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (Icaic) que tuvo su lanzamiento oficial en el Centro Cultural Fresa y Chocolate, un lugar que ha sido renovado en su imagen y que por estos días está muy animado con las múltiples actividades que allí se generan.

Veamos qué se nos dice sobre ¡Cine en Cuba!:

«Es un juego de conocimientos sobre cine producido y exhibido en Cuba, que incluye obras premiadas en las treinta y nueve ediciones del Festival de Cine de La Habana.

»Contiene las secciones: Ficción, Documental, Animados, Festival, Actores y Cineastas, de estilo Trivia, donde se muestra una imagen y se debe escoger la respuesta correcta de cuatro posibles.

»Además está la sección ¿Cierto o Falso?, que se juega contra reloj.

»El videojuego se puede usar en dispositivos Android (4.2.2) y está destinado a un público mayor de 12 años.

»Puede descargarlo en el sitio La Base, en la siguiente dirección: www.videojuego.cu

No pude llegar a tiempo a la presentación, pero sí para poder llevármelo en mi móvil. Quizás de haber estado de tú a tú con los realizadores les hubiera sugerido que para próximas versiones tuvieran en cuenta ampliar un tanto más la información que sobre las películas se ofrece, sobre todo porque va dirigido a niños y jóvenes, y estos —es un ejemplo— no habían nacido cuando un Enrique Santiesteban nos deleitaba en la televisión y el cine con sus magníficas interpretaciones. Deben ignorar —y no se dice— que Santiesteban nació en 1910 y falleció en 1983.

También me deja con dudas —no juego, lo digo muy en serio— si un entretenimiento interactivo con el que se van a divertir y aprender nuestros muchachos no ameritaría una revisión de las tarifas para comprar los tiquetes vía SMS que ellos necesitan para vencer las diferentes secciones o niveles (dieciséis centavos de CUC para mil y un peso para ocho mil). Porque al final seríamos nosotros, los padres, los que estaríamos invirtiendo un dineral por el aprendizaje de la prole.

De momento hay que aplaudir el empeño de los Estudios de Animación del Icaic por ampliar las opciones educativas de los llamados a repletar las salas de cine en ediciones futuras del Festival de La Habana. Un punto a favor para alejar a nuestros hijos de la banalidad y la bobería ramplonas.

No digo más. Tengo abierta la multimedia y me dispongo a contestar si es cierta o falsa la siguiente aseveración: «Plaff o demasiado miedo a la vida ganó el Premio al Mejor Largometraje en el Festival Latino de Nueva York en 1989»… Y por escribir este párrafo se agotaron los veinte segundos que me son dados para responderlo.