El Premio Platino Especial de Cine Latinoamericano, otorgado por la Entidad de Gestión de Derechos de los Productores Audiovisuales (Egeda) y la Federación Latinoamericana de Productores Cinematográficos con el apoyo de las academias e institutos de cine iberoamericanos, le fue entregado al Festival del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana en la noche inaugural de su edición cuarenta, acontecida en el teatro Carlos Marx de la capital cubana con la presencia de Alpidio Alonso, ministro de Cultura.
El importante galardón es un reconocimiento a la destacada labor de promoción y difusión del cine de esta región durante estos cuarenta años, bajo la guía de Alfredo Guevara, Julio García Espinosa, Pastor Vega e Iván Giroud. Adrián Solar, presidente de los Premios Platino, expresó que esta es la decisión más fácil que han tomado en los cinco años de vida de ese reconocimiento. «Es un honor —apuntó— entregarlo a nuestro querido Festival de La Habana. Nuestra gala anual es una gala itinerante, distintas regiones de Iberoamérica la han acogido en los últimos años. Para nosotros es un sueño que podamos aunar esfuerzos para poder algún día hacer esta gala acá en La Habana».
En la gala inaugural —que incluyó un concierto de la vocalista Haydée Milanés acompañada de su grupo con un recorrido por temas antológicos de la canción latinoamericana, y la exhibición de un material audiovisual de Luis Ernesto Doñas dedicado a las cuatro décadas del Festival— se entregaron además dos Corales de Honor al Instituto Sundance y a la productora Bertha Navarro.
El Instituto Sundance, institución fundada en 1981 por el actor y director estadounidense Robert Redford, tiene como meta fundamental «propiciar un espacio de creación independiente de artistas del cine, el teatro, la composición musical para cine y los nuevos medios digitales. Para ello despliega una serie de iniciativas y programas que promueven el desarrollo de nuevos proyectos entre los artistas estadounidenses y el resto del mundo. Desde hace treinta años el Festival del Nuevo Cine Latinoamericano ha sido uno de los tantos beneficiarios de esa inmensa y estimable labor».
En mensaje enviado a los asistentes, Redford lamentó no poder estar presente. «En 1988 —dijo—, estando en La Habana, tuve la oportunidad de conocer a un renombrado cineasta: Tomás Gutiérrez Alea, que algunos años después entregaría su obra maestra Fresa y chocolate. Tuvimos la oportunidad de presentar su filme en el Festival Sundance, y es especialmente significativo que ustedes hayan dedicado a él, por su cumpleaños noventa, esta edición del Festival de Cine de La Habana».
Bertha Navarro es una de las figuras más trascendentes de la producción cinematográfica latinoamericana y mundial. Su quehacer abarca una treintena de títulos, dirigidos por importantes realizadores de su México natal y de otros países de la región. Al recibirlo en el teatro Carlos Marx, expresó: «Cuba ha sido un referente, una guía, una esperanza. Este Festival nos ha reunido a todos los latinoamericanos. Es aquí donde se inició el encontrarnos, conocernos, ver nuestro cine, nuestras realidades, conocer nuestras historias. Como persona me ha enriquecido sentirme y saberme latinoamericana».
Al dejar oficialmente inaugurada la edición cuarenta del Festival, su presidente, Iván Giroud, expresó: «Imposible resumir todo lo que conlleva celebrar este aniversario. Queremos recordar a los fundadores, a los que ya murieron, y a los que aún viven, pero no están. Agradecer a los nuevos que hoy se inician con responsabilidad y compromiso. En fin, a todos los que han contribuido a lo largo de cuarenta años a convertir a La Habana en la capital del cine latinoamericano».