De los lugares más accesibles, donde vibran los colores azul y plata, brotó Yemayá
con sus algas, estrellas marinas, corales y peces de colores…
Natalia Bolívar (Leyendas Afrocubanas)
La respuesta a esta pregunta nos la ofrece el profesor e investigador Rolando Rensoli Medina en la tercera edición de su libro titulado La Habana Ciudad Azul. Metrópolis cubana, publicado por la editorial Extramuros y presentado en la edición 28 de la Feria Internacional del Libro, Cuba 2019.
Según apunta el también Profesor e Investigador Auxiliar, “la identificación de la capital cubana con la tonalidad azul no es un aporte de la contemporaneidad sino de la tradición”.
La primera referencia llega a través de un motivo religioso, —confirma Rensoli Medina—, cuando el 26 de diciembre de 1714, la virgen de Nuestra Señora de Regla (identificada como Yemayá para la Regla Ifa-Ocha o santería) a cuya advocación le fue entregado el puerto de La Habana, sus aguas y toda la actividad marítima. Desde entonces “Patrona” para la bahía, la dársena y sus pueblos costeros, cedió su imagen y el color que la representa como emblema.
Yemayá, la sabia y generosa madre de todos y de todo, decidió darle venas a la tierra, y de esta manera formó los ríos de agua dulce y potable…[1]
Existe otra referencia para identificar, o al menos confirmar por qué el color azul identifica a los que nacieron o residen en la capital que cumple este 2019 su primer quinto centenario. Dicha referencia está en la heráldica, donde el fondo azul resalta en la última y definitiva versión del escudo de armas dispensado a la ciudad.
“El azul, presente por las aguas que bañan las costas de esta provincia, fue el color del Club Almendares, clásico de la antigua Liga Profesional de Béisbol Cubana y que hoy defiende Industriales, conjunto insigne de la pelota revolucionaria desde 1963”, resalta el profesor Rensoli.
El color azul vive como emblema en millones de seres que encuentran refugio en esta ciudad, siendo o no nativos de ella. Al final ya casi no importa la cédula que identifique la autenticidad. Somos habaneros todos, los de aquí y los de allá; los del centro y ¡muchos! de oriente, los que llegaron de España y hasta quienes jamás la imaginaron. En cada uno de ellos se impondrá, como estilo de vida, un color que regirá sus destinos, en honor a esta ciudad: el azul, el de Yemayá, quien purifica todas nuestras acciones…
[1] Ver Leyendas afrocubanas por Natalia Bolívar, Editorial Porrúa, p. 11