Jorge Macchi: “Me interesa extraer el mayor provecho de la especificidad de los lenguajes”

Tan solo unos días restan para visitar la exposición Las Islas Vírgenes en Madrid – hasta el 15 de julio –, aunque la obra de Jorge Macchi (Buenos Aires, 1963) está siempre de actualidad. Conocido en la capital por su paso por distintos espacios artísticos – ha expuesto previamente en el Centro de Arte Dos de Mayo o en La Casa Encendida, entre otros lugares – el arte de Macchi volvía a Madrid a principios del mes de mayo de la mano de la Galería Elvira González. Ya desde su tierra natal, Buenos Aires, donde se encuentra afincado, el artista argentino atiende a Arte por Excelencias para adentrarnos en su particular ‘archipiélago artístico’, la muestra individual Las Islas Vírgenes, sobre la cual charlamos en profundidad.

Hablemos sobre Las Islas Vírgenes. ¿Cuál es la idea principal que rodea a esta exposición? ¿Cómo fue el proceso de configuración de la muestra al tener en cuenta el espacio de la galería?

La Galería Elvira González tiene tres espacios que se suceden formando un círculo. El número 3 y la continuidad de los espacios fue entonces la imagen que tomé desde un principio para organizar la exposición. La obra 3 AM fue mi primera propuesta, desde el título hasta el desarrollo físico en los tres espacios. Pero hay algo más en esta primera obra: para marcar esa hora las posibles agujas del reloj deberían estar ocultas dentro de las paredes de la galería, lo cual nos lleva al tema que circula por la exposición, el ocultamiento.

El nombre de la exposición hace referencia, además, a una de las obras expuestas en la muestra. ¿Nos podría contar un poco más sobre ella?

Las Islas Vírgenes es ante todo un título muy sugerente y de un significado muy abierto. El grabado que lleva ese título es una reproducción de un mapa del archipiélago del Mar Caribe en donde solo quedan los nombres de las islas, de los accidentes geográficos, de algunas ciudades, pero donde las islas en sí han desaparecido. Las palabras quedan entonces flotando en el océano, han perdido su razón de ser. Si lo virgen alude a lo que no fue tocado, a lo que no fue descubierto, el archipiélago al mismo tiempo confirma y contradice esa fantasía de virginidad a través de su exclusividad y de su conocida capacidad para esconder dinero. El ocultamiento pareciera sobrevolar las islas.

¿Cómo puede encontrar el espectador de una obra lo invisible que hay en ella? ¿Cómo puede el arte abrirte los ojos para darte cuenta de lo que no se ve?

Esta es una pregunta muy difícil de responder. Más aún cuando el ocultamiento fue un común denominador que fue apareciendo de manera espontánea en las diferentes obras, y no un plan preconcebido. Pero bueno, imagino que esta referencia se logra dejando indicios. Podría decir que la muestra es un conjunto de indicios. Lo océanos dan cuenta de un continente, las alfombras aluden a un secreto, las letras en sus nichos indican un lenguaje inaccesible.

Jorge Macchi, sobre la obra Las Islas Vírgenes: “Si lo virgen alude a lo que no fue tocado, a lo que no fue descubierto, el archipiélago al mismo tiempo confirma y contradice esa fantasía de virginidad a través de su exclusividad y de su conocida capacidad para esconder dinero”.

Habla, además de lo invisible, de lo indescriptible. ¿Cómo es el proceso de concepción de una obra que no se puede describir con palabras?

Yo suelo decir que las obras visuales no hablan. Ocurre que estamos muy acostumbrados a traducir todo al texto hablado o escrito. Quizás por eso decimos que las obras hablan. Pero si intentamos hacer esta traducción con la música, nos encontramos con un límite infranqueable. Entonces creo que hay características específicas del lenguaje visual, así como las hay para el lenguaje escrito y para el lenguaje musical. A mí me interesa extraer el mayor provecho de la especificidad de los lenguajes. El proceso para elaborar una obra está lleno de decisiones formales (materiales, técnicas, dimensiones, contexto). Una relación específica entre la imagen y este formalismo debería de alguna manera hacer superfluo al texto escrito o hablado.

Jorge Macchi, sobre su trabajo con la Galería Elvira González: “En ningún momento hubo trabas en el proceso de elaboración de la exposición. Por el contrario, hubo mucho acompañamiento. Y sobre todo mucho apoyo en la producción de las piezas más complejas.”

En Scarface, vemos algunas caras famosas que se arrugan en el cartel. ¿Qué significado le quiso dar a esto?

Continuando la respuesta anterior podría decir que no hay un significado preciso. Scarface es una serie de fotografías que tomé caminando por Buenos Aires. Me atrajo el accidente que se produce cuando un afiche de publicidad es pegado de manera apurada y defectuosa, cuando las partes que componen un cartel aparecen desfasadas, y cuando ese desfasaje quiebra la continuidad de un rostro. Estos pequeños accidentes ponen de manifiesto un sistema de representación, y así plantean un límite.

¿Cuál cree que es la obra de esta exposición que mejor define su universo creativo?

Diccionario de palabras muertas es una obra que me satisface. Logra establecer una relación fluida entre la imagen del borde de un diccionario con sus nichos para las iniciales de las palabras, y los nichos en las iglesias y cementerios con toda su connotación mortuoria. Hay un tema de escala que está bien resuelto. Y al mismo tiempo es una pieza muy simple. Su realización es compleja pero formalmente es muy simple. Eso me atrae mucho.

Jorge Macchi: “La muestra es un conjunto de indicios”.

¿Cómo es la experiencia de exponer por primera vez en Elvira González?

Estoy muy contento de haber hecho mi primera muestra en la galería. En ningún momento hubo trabas en el proceso de elaboración de la exposición. Por el contrario, hubo mucho acompañamiento. Y sobre todo mucho apoyo en la producción de las piezas más complejas. Sentí que tenían confianza en mí. No se puede pedir más.

En portada: Jorge Macchi/ foto: Kicca Tommasi