La Habana en Bienal: un gran museo urbano

Detrás del muro es un proyecto que nació con la décima Bienal y dada su concepción de arte para interactuar es, quizás, una de las instalaciones del magno evento de las artes visuales en Cuba por las que el público se siente más atraído. Como su nombre lo indica, el escenario de este proyecto sociocultural es el Malecón, el gran sofá de La Habana, adonde de una u otra forma todos vamos a parar. En entrevista exclusiva para el décimo aniversario de la revista Arte por Excelencias, Juan Delgado, su creador y curador, nos cuenta más detalles.

¿Qué diferencias existen entre Detrás del muro y Dedelmu?

Cuando se hace arte no hay diferencias. La diferencia está en lo que establecen las redes sociales. Detrás del muro sigue siendo Detrás del muro. Le decimos Dedelmu. Detrás del muro nace con la Bienal de La Habana y Dedelmu es el proyecto que estamos haciendo y que seguiremos haciendo. Es nuestro futuro. Tiene otro enfoque en lo que ocurre en las artes plásticas y en la sociedad cubana en general. Por el contexto en que vivo me interesan los problemas sociales y este es un proyecto sociocultural. Tratamos de insertarnos, además, en los proyectos que realiza la Oficina del Historiador de La Habana.

Soy un alumno que todos los días se examina. Malecón 307 será un proyecto sociocultural de inserción social, de exhibición de artes plásticas, conferencias. No será estático, sino interactivo. Trabajaremos mañana, tarde y noche, siempre que tengamos edificio, dándole vida al arte. Al arte hay que darle vida. Cuando terminó la XII Bienal nos dimos a la tarea de hacer todo lo que vas a ver este mes y el próximo: artistas por el mundo y sus inquietudes, lograr que la curaduría recoja todas las manifestaciones de las artes visuales. Habrá video, performance, instalaciones, pintura grafiti y videoarte. Eso es lo que queremos enfocar: que la ciudad sea un gran museo urbano.

La sede aún no está lista, espero lo esté para el aniversario 500 de La Habana, así que durante la Bienal trabajaremos en el Malecón tradicional, el solar La California, el Callejón de los Barberos, el Paseo del Prado, en la Casa del Festival de Cine Latinoamericano, en el Centro Hispanoamericano de Cultura y en el Castillo de la Punta por primera vez. También invitamos al Centro de Videoarte de Camagüey para que forme parte de estas propuestas.

¿Por qué el Malecón como sujeto?

El Malecón te pregunta y te responde. Es un sitio maravilloso donde llevamos nuestras alegrías y tristezas. El mar es como una terapia. Estamos rodeados de mar. Era una necesidad mía hacer algo en el Malecón y que fuera diferente. El Malecón es un escenario líquido. Todas las obras son hechas para el Malecón. Son inéditas. Entre los artistas están David Magán, Enrique Martínez Celaya, José Dávila, Alejandro Piñero, Adrián Fernández y Javier Cisneros. Es uno de los proyectos más difíciles y ambiciosos. Sin pasión no hay arte. Soy un apasionado del arte.

¿Cómo es la selección de artistas?

Yo voy por el mundo buscando lo que me interese y sobre todo interactuando con los artistas. Me interesa el lado humano del artista. Cuando descubro ese lado, ahí está todo su talento. Y luego me dicen que sí de una manera tan espontánea. No sé. Este un proyecto de solo siete años. Tenemos experiencias acumuladas de tres ediciones. Prometo que la cuarta será más hermosa. Ya soñé la cuarta y ahora estamos en la práctica de la tercera, la cual ha sido muy fuerte en cuanto a años de trabajo. Estoy agradecido de tener un equipo maravilloso. Como diría Rubén Blades: mi equipo es más sabio que yo. Ni ellos ni yo tenemos límites para trabajar. El arte nos alimenta. Creo que, si no hiciera esto, yo no existiera. Creo en las cuatro letras que es Cuba y en las cuatro que es arte.

¿Cuánto ha aportado la Bienal como espacio a su obra y viceversa?

La Bienal me ha retroalimentado mucho. Ha sido una plataforma de desarrollo y promoción del arte, no solo cubano, sino del arte universal. Trabajo desde la primera y he visto a grandes artistas pasar por aquí, como Manuel Mendive, el artista más premiado de la Bienal; Roberto Fabelo, que se incorpora conmigo a Detrás del muro, entre muchos otros. Creo que se debería pensar siempre en la Bienal, no solo cuando es tiempo de Bienal. Me hubiera gustado aportar más y me gustaría seguir aportando no solo al evento, sino al desarrollo de las artes.

Detrás del muro concibe al Malecón como el escenario líquido de nuestras aspiraciones y carencias. Aprovecha, en definitiva, la maldita circunstancia del agua por todas partes.