Cómo reconocernos o reconocer al otro cuando hemos perdido el control sobre nuestra imagen es la preocupación fundamental en torno a la cual giran las obras de la exposición colectiva de fotografía Cleptomanía, que como parte de Noviembre Fotográfico y hasta el 14 de diciembre se exhibirá en la Galería Casa 8 —calle 8 número 306 entre 13 y 15, El Vedado, La Habana—, del Fondo Cubano de Bienes Culturales, con curaduría de Yenisel Osuna, dirección de Johanna Luque Novoa, diseño del Grupo Creativo del FCBC, montaje de Carlos Montané y logística de Oscar Amaury Pereira.
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«La presente muestra expositiva tiene la intención —nos dice Yenisel en el suelto promocional— de abordar algunas preocupaciones sobre cómo administrar las imágenes (especialmente los retratos), cómo retratar al otro cuando se abstiene de formar parte del exhibicionismo imperante en el contexto en el que se inserta, cómo encontrar la esencia de un yo cuando ha ocurrido un desgaste de su aura, tras la banalización o habitualización de su imagen puesta a circular en una red digital difícilmente rastreable. Cómo encontrar nuevas maneras de activar un retrato de identificación donde podamos reconocernos o reconocer al otro, donde podamos hablar nuevamente de esa violación a la que se refiere Susan Sontag, o de una cleptomanía bienintencionada que no sea la de apropiarse de imágenes sin dueños varadas en un limbo digital, sino la de robar la imagen del otro con el afán de descubrirlo, y demostrarle su fragilidad ante la despiadada disolución del tiempo».
En Cleptomanía —conformada por videos, collages, fotografías, obras instalativas y pinturas «que sostienen discusiones acerca de lo público y lo privado y la gestión de la imagen fotográfica en el siglo XXI»— participan los artistas Adonis Ferro (Algunos no se reconocen jamás, montaje), Alejandro Alonso (Metatrón, video), Charles Miles (Common Distances, video), Chuli Herrera (Selfie time, óleo y vinilo sobre lienzo), Manuel Almenares (El lancero, de la serie Repartidor de días felices, impresión digital), Marcel Márquez (Un día con Kid Toy, video), Néstor Siré/Yonlay Cabrera (#ensayoexisto, instalación de cuatro celulares, luz y sonido) y Ricardo Miguel Hernández (de la serie Acerca de las bajas presiones, impresión digital, y Nación calada, de la serie Cuando el recuerdo se convierte en polvo, collage de fotografías).
Vuelvo a citar a Yenisel Osuna: «El siglo XXI ha sido nombrado por algunos teóricos de la fotografía como el siglo del selfie. La necesidad de fotografiar eventos o escenarios insólitos ha sido suplantada por una necesidad diferente, que es la de inscribirnos dentro de la fotografía. Aparecer en la imagen capturada se erige casi como condición indispensable para luego poner a circular esta imagen. La proliferación de plataformas digitales, de redes sociales, cámaras de vigilancia, dispositivos telefónicos con cámaras incorporadas ha propiciado no solo un narcisismo o exhibicionismo a niveles inconmensurables, sino una sobresaturación de nuestra cultura visual. Crear políticas de contención respecto a la fabricación de nuevas imágenes y promover una administración mucho más sensible de las imágenes existentes constituyen, por tanto, cuestiones ampliamente debatidas en la época actual».