Pasar al contenido principal
Venezuela, acariciada por la mirada
05July
Artículos

Venezuela, acariciada por la mirada

«(…) y sin sacudirse el polvo del camino, no preguntó dónde se comía ni se dormía, sino cómo se iba adonde estaba la estatua de Bolívar». Quizá sea este relato de José Martí, escrito para La Edad de Oro, mi primer encuentro –como el de muchos– con Venezuela. Luego navegué entre las letras de ese pueblo increíble. Fueron imprescindibles versos de Antonio Arraiz, como esos que dicen: «Me gusta acariciarlas con los ojos». Hasta que un día desembarqué en la «Tierra de Gracia».


Entonces viajé por arterias sociales y geográficas de ese increíble país. Transité entre su gente y por su música, por sus olores, sus historias, sus llanos, su arte culinario… Entonces, ya nada fue igual ante la inmensidad y la belleza sin par de sus lugares y de su gente.